VALÈNCIA. Cubells, periodista, terminó haciendo programas de televisión hasta que, reinvención mediante, trazó su plan de conquista: analizar el fenómeno televisivo desde el otro lado, educar sin morir catódicamente en el intento. García encontró en los sombreros el mejor tocado para expresar su pálpito artístico. Una estancia en Londres, a la vera de futuros popes de la moda como Palomo, perfeccionando machaconamente la técnica, lo aupó a sombrerista de España.
Los dos quedaron a cenar una noche en la que terminaron abordando su cultura televisiva mientras desbordaban cócteles de plátano. Un estudio de la calle Dénia es testigo de su reencuentro. La estética, la reivindicación de una manera de ser a la valenciana, sus oficios y la posibilidad de un BlaBlaCar hacen el resto.
Os quería preguntar…
Betto García: Estoy como en la crisis de los treinta. Una pequeña crisis existencial. Me pregunto si lo que hago no es demasiado nicho, si he tocado techo y debo hacer algo más.
Mariola Cubells: Entonces no es una crisis existencial, sino profesional.
Betto García: Eso.
Mariola Cubells: Yo diría que estoy mejor que nunca profesionalmente. Hago verdaderamente lo que quiero hacer. Podría no hacer nada, pero para gustarme mucho la ociosidad he encontrado un trabajo que nunca me da la sensación de que sea un trabajo. Mis crisis existenciales ya les ha pasado porque hace tiempo que cumplí los treinta. He encontrado el equilibrio por la opción vital de vivir en València, no dejarme llevar por el desarrollo natural de irme a Madrid donde discurre el 90% de mi trabajo.
Betto García: Irse a Madrid… me niego pero es verdad que pasan cosas que aquí es difícil que pasen.
Mariola Cubells: Eso es una trampa. Tenemos una mirada excesiva de lo que ocurre allí. Casi todo lo que podrías hacer allí lo puedes seguir haciendo desde València. Quizá me pierdo un 10%, pero compensa.