Más Canteros por favor

VALÈNCIA. Que Morales y Postigo bendijeran la irrupción de Alejandro Cantero no fue un brindis al sol. El ‘Comandante’, con quien le une unas cuantas conexiones, ejerció de capitán en su máxima expresión para que no le temblaran las piernas y mostrara su mejor versión en una realidad turbia y enrarecida por los últimos resultados y sensaciones. Una implicación de sombrero siendo suplente en Vigo hacia su ‘pequeño saltamontes’, hacia la sonrisa de un nuevo disgusto. «Cuídate e intenta trabajar bien. Cuando uno persigue los sueños, los acaba consiguiendo. De momento, el camino lo estás trazando muy bien». En un vídeo que publicó el Levante en sus vías oficiales el 19 de febrero de 2019, ese fue el consejo que le dio tras renovar su contrato. Una conversación entre maestro y alumno. Morales es el padrino futbolístico de Cantero y no hay mejor espejo posible en el que mirarse. ¿Su sucesor? Vayamos paso a paso, sin apresurarse.

El ‘nuevo de la clase’ imprimió verticalidad, instinto, polivalencia, hambre y atrevimiento para que su debut no se quedara en el olvido y tenga continuidad el sábado en Vitoria. Aunque lo pareciera, la vida no se acaba en los jugadores del primer equipo. Postigo, otro de los capitanes y que además lució el brazalete de inicio ante la suplencia de Morales (y también de Coke), le dio la “enhorabuena” en redes sociales, “pero no solo por el debut sino por ser el mejor” en un encuentro con una ligera mejoría (se generó algo más), pero infructuosa por otra retahíla de desajustes defensivos y una efectividad deficitaria. El acumulado es de equipo de descenso: solamente cuatro goles (dos de Roger, De Frutos y Malsa) en los últimos 10 partidos (desde el 0-2 en el Wanda), dos en las siete últimas citas de Liga, 339 minutos (más prolongaciones) sin ver puerta y tres puntos de los últimos 21.

Es increíble que este fin de semana haya tocado prestar atención a los encuentros de los rivales en apuros. La caída libre sigue y menos mal que la desconexión no ha generado más consecuencias adversas que otro pasito atrás en la clasificación. El penalti que el franjiverde Fidel mandó al palo en el descuento ante el Atlético hizo que el Elche no sumara (30 puntos). El Eibar (26) despertó y derrotó al Alavés (31). El Valladolid (31) empató contra el Betis y el Getafe (34) cayó en La Cerámica. Mientras que el Huesca, que marca ahora la zona roja, a los mismos ocho puntos que la jornada anterior, venció a la Real Sociedad en El Alcoraz y fue el gran beneficiado en la pelea por la salvación (30). Faltan 12 por disputarse y parece que con 38 será suficiente, pero sería un desastre echar el cierre a la temporada con agonía y sin sumar. El Levante es ahora decimotercero (tras la victoria del Cádiz en Granada) y el aliciente de superar al Valencia (36 y ya sin Javi Gracia) por primera vez en la historia sigue igual ya que el Barcelona sufrió para conquistar Mestalla y que los granotas mantuvieran la renta de dos puntos con los blanquinegros.  

En Vigo no hubo rastro de la primera vez, de los condicionantes del que no se había visto todavía en un desafío así. «Es un sueño que tengo desde pequeño y gracias al Levante he tenido la oportunidad y lo he podido cumplir. Lo peor de esta noche es el resultado, pero estoy contento por el debut y por el partido. Me he encontrado bien. A seguir así para poder jugar más encuentros y contar con más minutos», afirmó Cantero en declaraciones a los canales del Levante aún en el césped celeste. Con el ‘29’ a la espalda, se convirtió en el duodécimo debutante en Primera División desde el filial en la era Paco López tras Aly Abeid, Koke Vegas, Fran Manzanara, Pablo Martínez, Eliseo Falcón, Gonzalo Pereira, Giorgi Khochorashvili, Joan Monterde, Álex Blesa, Dani Cárdenas y Edgar Sevikyan.

En esa mala versión colectiva que está mostrando el equipo desde el adiós en la Copa (salvo contra el Valencia en el Ciutat por el extra anímico) es difícil destacar y muy fácil que los horrores se multipliquen. El Levante pide a gritos aire fresco, savia nueva, pero no para cumplir el expediente. La meritocracia no entiende de currículum ni de contratos sino de rendimiento sin importar el DNI. Esta recta final no es para salvar la papeleta y prolongar la frustración hasta que la permanencia sea matemática sino para edificar el nuevo proyecto en el que Cantero peleará por tener un sitio, ya que pasará a tener contrato en el primer equipo el próximo curso, y no marcharse cedido. Lo primero es que la ‘mini-revolución’ de Paco del pasado viernes debe tener continuidad ante Alavés, Barcelona, Getafe y Cádiz.

Cantero se formó en la cantera del Real Madrid que, como otros casos de chavales que han pasado por la base de los más poderosos, lo descartó por bajito. Ahora mide 1,84 y acaba de debutar en Primera División. Llegó al Levante para enrolarse en el Juvenil C y antes de aterrizar en la factoría de Buñol pasó por el Valladolid. A principios de 2019, y siendo determinante en el División de Honor, se estrenó en Segunda B con el Atlético Levante de Tevenet en un 0-0 ante el Cornellà (20 de enero). Un mes después y tras debutar con la Sub-19 en Pinatar Arena frente a Azerbaiyán, anotando el 1-0 y asistiendo a Marqués en el 2-0 final, recibió el premio de la renovación con el Levante hasta 2023. Su cotización tras una puesta en escena espectacular en las inferiores de la Roja se había disparado, el madrileño quedaba libre ese mes de junio y estaba en la órbita del Barcelona, Atlético de Madrid, el vecino Valencia y también había despertado el interés del Manchester City. Se quedó. Hubo acuerdo porque, sobre todo, la prioridad de este talento que el 8 de junio cumplirá 21 años era crecer y escribir su historia como granota. Pese a la derrota en Balaídos, su primer capítulo es ilusionante.

Salvo excepciones alrededor de los que hay que construir el futuro, el equipo transmite tanta indeferencia que no merece la pena enfadarse ni gastar la mínima energía para encontrar una explicación convincente. No voy a entrar en la espiral destructiva que se respira. Me cansa. Sí en insistir en la necesidad de tomar decisiones y en tierras gallegas se empezaron a esbozar, aunque no fuera suficiente. Beneficiado por el cortocircuito ofensivo, Cantero aprovechó la oportunidad. ¿Hay cabida para más jugadores del Atlético Levante? Sí. Además, bajo su cobijo, tienen al mejor entrenador posible para que el salto sea lo menos abrupto posible. Blesa, Toni Herrero, Joseda… dejo estos tres nombres, pero seguro que tendréis muchos más, sobre todo los centrales Michele Diana y Pablo Iñiguez por el naufragio en el eje de la retaguardia. Pero en ambos casos se rompe el arquetipo de jugador del filial por el condicionante de la edad ya que tienen 28 y 27 años respectivamente. No quiero decir que no se pueda apostar por ellos.

El reciclaje es esencial y el papel de los que vienen desde atrás adquiere más relevancia que nunca y podría ser una buena solución en una realidad económico-pandémica que asfixia. En plena lucha por la Liga, Zidane ha dado la alternativa a Blanco, Arribas o Miguel Gutiérrez. Y en el Barça, Mingueza tiene presencia en el esquema de Koeman y Moriba va sumando protagonismo desde el banquillo. Para el Levante, y un montón de equipos más, la cantera debe ser el clavo ardiendo al que aferrarse (con convencimiento) cuando el yugo aprieta. La irrupción de Cárdenas (no quiero decir que Aitor Fernández no merezca ser titular) y la más reciente de Cantero ilumina el estropicio injustificable desde que la histórica travesía copera tuvo su punto final en semifinales y la permanencia estaba virtualmente amarrada. O que Pepelu vuelva para quedarse, así como Pablo Martínez, que está creciendo en el Mirandés y siendo una pieza clave en uno de los equipos más solventes de LaLiga SmartBank. Por su rendimiento y versatilidad, y renovado hasta 2024 antes de marcharse a Anduva a préstamo, la decisión del área deportiva está tomada: Pablo tendrá dorsal la próxima temporada. La pasada le entró por los ojos a Paco López, que le dio minutos en cinco partidos de Liga (en Getafe, Mestalla, en casa del Espanyol y en las victorias en casa ante Leganés y Real Madrid) y dos de Copa del Rey (en las primeras eliminatorias en Melilla y Jaén).