Maverick Viñales: "Los rivales nos superan cada vez que dejamos de mejorar"

VALÈNCIA. En el circuito una bala y en la corta distancia una persona cercana que sabe cómo transmitir a la perfección su pasión por el motociclismo. Así es Maverick Viñales (Figueres, 12/01/1995), piloto de Moto GP del equipo Yamaha que a sus 25 años ya ostenta un título de campeón del mundo de Moto3. Lleva toda su vida sobre una moto, ya que según cuenta empezó a competir a los seis años gracias al impulso de su familia, también amante del motor. Aunque no se arrepiente de haberse centrado únicamente en el motociclismo -porque es el ámbito donde ha podido desarrollar todo su talento- sí que hay otras “disciplinas como el motocrós” a las que también le hubiera gustado dedicarles tiempo.

El mundial de Moto GP 2020 se ha visto afectado por la pandemia de la covid-19. Una situación que provocó el aplazamiento o la cancelación de las cinco primeras carreras del año y obligó a paralizar el calendario del mundial de motociclismo. Parecía que esta temporada los pilotos no correrían por los circuitos de medio mundo, pero finalmente en el mes de junio se retomaron las pruebas y se dio el pistoletazo de salida a trece carreras que se disputaron en muy pocos meses. Un ritmo frenético, ya que solo “había cinco o seis días de diferencia entre una y otra”, relata. A pesar del “agotamiento físico y mental”, Viñales agradece haber podido correr el mundial “porque era muy importante para todos”.

Esta temporada nos ha dejado un mundial atípico en el que Maverick Viñales quedó en sexta posición. “Empezamos el año super fuerte e incluso a mitad de temporada estaba segundo”, afirma. Pero, asegura que fue en las últimas carreras en las que perdió “muchos puntos”. También ha sido una competición marcada por los problemas de los motores de las Yamaha, a los que ya se está buscando solución, y que Viñales cree que son causados por “una pieza del motor”. El piloto afirma que este invierno, el equipo tiene tiempo de trabajar y todos esperan “poder volver a la máxima potencia del motor que había en Jerez”. Su principal motivación, y también la de Yamaha, es seguir esforzándose porque “los rivales nos superan cada vez que dejamos de mejorar”.

La modificación del calendario de competiciones forzó la anulación de diversas carreras y eso “condicionó mucho el campeonato” porque las Yamaha no se comportan igual “en todos los circuitos”, confirma. Además, debido a las restricciones sanitarias, todas las pruebas se realizaron a puerta cerrada. No obstante, que en el Gran Premio de Misano hubiera espectadores “fue bestial” y Viñales confía en que el próximo año la situación mejore y se permita “la entrada de público en todos los circuitos”.

La ausencia de Marc Márquez en la última etapa del campeonato, debido a una lesión en el húmero derecho, ha alentado las críticas de quienes declaran que este mundial ha tenido menos valor por no haberlo disputado el seis veces campeón del mundo. Sin embargo, Maverick Viñales quiere restar importancia a estas afirmaciones porque “los rivales han estado ahí” e incluso comenta que se debería valorar aún más “porque ha sido un año difícil”.

Uno de los momentos más impactantes de esta temporada lo protagonizó Viñales cuando, en el Gran Premio de Estiria, tuvo que tirarse de la moto a más de 220 kilómetros por hora porque los frenos se habían roto. El piloto de Yamaha asegura que no te enseñan a cómo reaccionar en este tipo de situaciones “porque normalmente no pasan”. “Realmente, no se me pasó nada por la cabeza, cuando vi que no tenía frenos me tiré directamente”, responde.

La presencia española en Moto GP es cada vez más relevante. De hecho, el piloto mallorquín Joan Mir fue el vencedor del último mundial y Álex Rins ocupó el tercer puesto en el podio. Además, otros dos pilotos de nuestro país como Pol Espargaró y el mismo Maverick Viñales quedaron entre las seis primeras posiciones. El piloto confirma que, aunque la rivalidad entre ellos es “bastante sana” y se alegra de que España lidere en el motociclismo, “no hay colaboración” entre ellos ni tampoco entre los compañeros de un mismo equipo porque “la competición siempre es lo principal”.