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No disparen al entrenador

16/01/2022 - 

VALÈNCIA. El Getafe se iba de cabeza a Segunda división. Directo. Era colista. Estaba desahuciado. Sin embargo, en plena crisis futbolística, la dirección deportiva del club azulón apostó por un relevo en el banquillo. Ángel Torres no lo dudó un instante y confió en un viejo conocido: Quique Sánchez Flores. Su fichaje fue todo un acierto. Porque el Getafe despegó como un cohete. Quique es un entrenador de sobra cualificado. Su experiencia como técnico senior ha servido para dotar de un plus de confianza a un conjunto que ya ha salido de las plazas de descenso y que sigue escalando posiciones en la tabla. De hecho, incluso se ha reforzado con los fichajes de Gonzalo Villar y Borja Mayoral. Su objetivo es no pasar apuros el resto de la temporada. Si continúan haciendo las cosas como toca, seguro que lo consiguen.

El Levante UD, por el contrario, despidió de forma incomprensible a Paco López. Fue un adiós a todas luces injusto. Pero, a diferencia del Getafe, el club azulgrana no ha acertado con el recambio en el banquillo. Lejos de buscar un perfil experimentado para urgencias como las que atraviesa el equipo, la directiva decidió tirar de becarios. De neófitos. Firmó primero a Pereira, de breve paso por Orriols, y a Alessio Lisci, después. Ya llevan tres técnicos y todavía no han dado con la tecla… En lugar de buscar un entrenador de los que deja surco cuando entra en un vestuario, los gestores del Levante UD pensaron que cualquier recién licenciado podría hacer jugar al equipo granota como el Milán de Sacchi. Pero no. Se equivocaron. A día de hoy, el Levante es el colista de Primera división. ¡Qué importante es acertar con la figura del entrenador!

El Valencia, a lo largo de su historia, ha podido disfrutar de entrenadores como la copa de un pino. Los más laureados fueron Rafa Benítez, Quincoces, Di Stéfano, Pasieguito y Ranieri. Sin embargo, por Mestalla pasaron otros magníficos preparadores como Luis Aragonés, Hiddink, Espárrago, Marcelino o Valverde, por citar algunos ejemplos. Otros técnicos, como Héctor Cúper o Unai Emery, todavía generan debate entre la hinchada muchos años después. Pero el Valencia lleva décadas de desatino en lo que a entrenadores se refiere. Desde el año del doblete, allá por 2004, sentarse en el banquillo de Mestalla se ha vendido demasiado barato. Ha habido verdaderos experimentos con gaseosa. Si hacemos un breve repaso, me vienen a la cabeza los nombres de Antonio López, Óscar Fernández, Ronald Koeman, Gary Neville, Pako Ayestarán, Celades o Javi Gracia. Como era de esperar, ninguno de ellos ofreció buen resultado.

¿A qué viene todo esto?. Pues sencillamente a que acertar con la figura del entrenador es un factor decisivo. Pero, al igual que atinar, también es muy importante saber cuidar al técnico si éste ofrece garantías de éxito. En su día, los responsables del Valencia no mimaron como toca a preparadores como Luis, Benítez, Quique, Valverde, Prandelli o Marcelino, y éstos acabaron abandonando el Valencia pese al enfado, lamento o tristeza de la mayoría de la grada. Da igual si se marcharon ellos o si los despidieron. Ese no es el debate de esto de lo que ahora escribo. El hecho es que esos entrenadores, de los que he hablado, eran más que válidos y su salida debilitó en exceso al equipo.

Expuestos los argumentos de la causa, me temo lo peor. Me preocupa que Pepe Bordalás sea el siguiente de esa dudosa lista de grandes entrenadores que deja el club porque la propiedad no le cuida. Lo digo porque el enfrentamiento entre el técnico y Lim es una realidad. La ausencia de fichajes para este enero tiene la culpa. Conociendo a Murthy, ésta es la crónica de un desencuentro anunciado. Algo esperado, sí, pero no por ello menos doloroso ni molesto tampoco. Bordalás ha sido la mejor noticia de Mestalla en los últimos dos años. Estoy convencido que si no fuera por el alicantino, el Valencia pelearía por no descender. Pero más convencido estoy todavía de que ahora, Bordalás va a ser víctima de una campaña de descrédito orquestada desde el club. Aunque se haya mordido la lengua en la rueda de prensa para que todo no saltara por los aires. Es norma de la casa de Singapur en València. Señores de Meriton, no disparen al entrenador. Con lo que le han dado hace lo que puede….

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