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/ OPINIÓN

No lo entiende nadie

16/03/2022 - 

VALÈNCIA. No lo entiendo. Pero creo que ni yo, ni nadie. Por más que miro la tabla facilitada por La Liga, no entiendo nada de lo que pretenden hacer o explicar con el Límite de coste por plantilla deportiva. Se llenan la boca con el Fair Play Financiero, el control económico y el límite de coste de gasto de plantilla.

El lunes se hicieron oficiales las cifras actuales de lo que puede gastar en salarios cada equipo con respecto al control financiero que ejerce la institución liguera sobre los conjuntos de la Liga Santander y Liga Smartbank. De esta manera, según el portal de Transparencia de La Liga, se explica que “El límite de coste de plantilla es el importe máximo que cada club/SAD puede consumir durante la temporada 2021/2022 tras el mercado de verano, y que incluye el gasto en jugadores, primer entrenador, segundo entrenador y preparador físico del primer equipo (plantilla inscribible según el Artículo 38 de las Normas de Elaboración de Presupuestos). Este límite incluye además el gasto en filiales, cantera y otras secciones (plantilla no inscribible, según se define en el Artículo 38 de las Normas de Elaboración de Presupuestos)”.

De esta manera los conceptos que se incluyen en el límite de coste de plantilla deportiva inscribible y no inscribible son: salarios fijos y variables, seguridad social, primas colectivas, gastos de adquisición (incluidas comisiones para agentes) y amortizaciones (importe de compra de los jugadores imputado anualmente en función del número de años de contrato del jugador).

El Valencia CF regaló y sacó a casi todos los futbolistas que suponían un coste alto con el objetivo de entrar en los márgenes estables del FPF y, por consiguiente, el LCPD entendiendo que esto era buscar la viabilidad del club por encima de lo deportivo y, así, evitar sanciones o una posible quiebra del mismo club. Haciendo un sinfín de ventas, no fichando una temporada entera y viviendo de cesiones, el VCF solo ha conseguido pasar de 30,9 millones de euros a 57, 7 millones de euros. Algo que dice mucho de cómo entienden este club en Meriton, es decir, como una empresa donde prima el excel por encima del sentimiento o de lo deportivo. No voy a debatir sobre si prenderle fuego a Mestalla o si sacar el autobús con las cifras, sino sobre el desfase de algunos clubes que, en peor situación que el Valencia CF, tienen vía libre para hacer lo que quieran.

Y es que, de esa tabla, lo que más me llama la atención es el claro desnivel que tiene el FC Barcelona que pasa de 97,9 a -144.3 millones de euros. Una cifra escandalosa que no deja sino entrever que esto no solo no vale para nada sino que, además, hay una clara permisividad con según quién.

¿Por qué al FC Barcelona se le consiente una cifra de -144 millones y se le deja seguir fichando y compitiendo con normalidad? ¿Por qué otros equipos tienen que ajustarse al máximo y se les condiciona el mercado si no equilibran sus cuentas? ¿Qué más tiene que pasar o empeorar para que se tomen medidas serias? Preguntas que no tienen respuesta.

Y no la tienen porque anteayer salió a torear públicamente el Director General Corporativo, Javier Gómez y enredó más aún la madeja. Quien fuera director financiero, director general, vicepresidente ejecutivo y presidente del VCF -por un día-; además de artífice del inexistente y famoso plan de viabilidad o de la polémica ampliación de capital de 2009, no arrojó nada de luz al respecto y justificaba esos números: "No significa nada al respecto de las contrataciones de esta temporada. Significa que va a estar más tiempo bajo el artículo 100 y, por tanto, vas a estar más limitado durante las siguientes temporadas, salvo que haya plusvalías y beneficios".

Es decir, que va a vivir bajo la regla del 1x4 (para inscribir jugadores no puede exceder el 25% de la disminución de costes de la plantilla reflejada), va a poder seguir fichando y endeudándose a la espera de que haya un pelotazo inmobiliario o de patrocinios, gane títulos o venda futbolistas generando ingresos.

"Los clubes que están excedidos pueden contratar jugadores siempre que ahorren gastos de la cuenta de resultados de la temporada presente. El Barcelona ha podido fichar por el ahorro con casos como Agüero, Umtiti o Coutinho. Con ese aprovisionamiento de ahorro ha podido hacer esas contrataciones" explicaba Javier Gómez. Hecha la ley, hecha la trampa.

Es absolutamente bochornoso que se permita esto. Si realmente hubiera un control financiero estricto, al FC Barcelona se le habría obligado a adecuar sus cifras a algo más sostenible con su correspondiente sanción deportiva en caso de no aplicarla en un tiempo determinado. Números, los de verano, que eran mejores porque venían de sanear los balances salariales con las salidas de jugadores como Messi o Griezmann, quienes liberaron gran masa salarial pero falló una cosa: no les daba para competir. Por eso hicieron magia potagia, se liaron la manta a la cabeza y trajeron a Traoré, Aubameyang, Ferran y Dani Alves con ingeniería financiera por un lado y un regate ingenioso en las renovaciones de jugadores como Umtiti, por el otro. Ayer se hablaba de que habían cerrado a Kessié, mañana será Haaland y pasado cualquier otro. Incomprensible.

Y esto, lejos de ser una crítica al conjunto culé o su gente –que al final se las ingenian para hacer lo que más les conviene tirando de pillería financiera y deportiva-, es una reflexión sobre lo condicionado que está el modelo de competición. La gran mentira que supone tener un balance positivo a día de hoy y, sobre todo, la permisividad de los organismos que consienten esto. Condicionan una competición en la que el FC Barcelona, sin los fichajes, probablemente estaría fuera de puestos de Liga de Campeones y con números infinitamente peores. Por ello, me siento profundamente decepcionado.

Es como si estás al día con Hacienda –por ejemplo- y cumpliendo religiosamente con tus pagos pero ves que tu vecino no solo no paga nada, sino que va comprándose cada vez más coches de lujo y viviendo por encima de sus posibilidades sin que nadie le diga nada. La culpa no solo no es de tu vecino, sino de quien le consiente todo esto, que encima lo justifica diciéndote: “ya pero ellos no pueden pedir créditos al banco porque les embargan”. Ya claro y mientras los pide un amigo, les prestan la pasta o se monta la película para vivir como un rey mientras tú las pasas canutas.

Por eso, creo que hay un claro trato de favor sobre clubes a día de hoy en pro de una competición más vistosa o más llamativa de cara al exterior; y segundo porque en el Valencia CF pecamos de ingenuos, pollos o ignorantes.

Ahora mismo me pregunto ¿Qué pasaría si el Valencia CF en lugar de vender hasta los percheros se hubiera endeudado más y mantenido el bloque deportivo? ¿Qué hubiera ocurrido si en lugar de que esta gente viera el club como una hoja de Excel lo viera como un sentimiento? ¿Qué hubiera pasado de tener un ejecutivo capaz de regatear la normativa? ¿Al Valencia CF le habrían sancionado? Nunca lo sabremos.

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