VALÈNCIA. Filósofo y profesor (UJI), uno, Jesús García Cívico, impulsor de artefactos culturales como la revista Canibaal. Estudiante y uno de los propulsores del colectivo Cero en Conducta, otro, Borja Pilato. Han llegado al Tinglado para hablar de sus respectivas generaciones y, qué remedio, de la confusión generacional en la que andamos instalados, qué cubre de eufemismos el desconcierto. Ni habían cruzado ninguna palabra antes ni eran amigos en Facebook.
Jesús García Cívico: Me siento perdido en la ciudad, aunque es una ciudad que en sí misma aparentemente permanece, con sus calles, pero la pérdidas de referentes culturales me provoca desorientación, locales que formaban parte de mi memoria sentimental. ¿Qué hace que una calle sea la tuya? Pues que esté Valdeska, Viridiana, Acteón… al desaparecer hay algo como fantasmagórico, irrealidad.
Borja Pilato: Los pilares sobre los que se construyen la identidad eran constructos más sólidos. Ahora han volado. Somos mucho más volubles. Ya no somos quienes en su juventud construyen su identidad y luego permanece. En mi generación vamos moldeando, a los 16 somos una cosa, a los 18 otra. Somos hijos de los algoritmos de internet. Como cuando entras en YouTube a ver qué vídeos ha generado hoy para ti. En el fondo es un sentimiento de pérdida que mi generación tiene constantemente. No puedes atreverte a prever tu futuro a 20 años vistas, no sabes cómo imaginar.
Jesús García Cívico: Esa solidez era perceptible. Por ejemplo en la cultura de club, vinculada al lugar físico.