VALÈNCIA. Escribo este comentario sin saber el resultado del partido de ida copero ante el Athletic Club de Bilbao. De todas maneras supongo que el resultado no será definitivo en ninguno de los sentidos debido a que aún quedará un segundo partido y éste se va a disputar en el coliseo valencianista.
Mestalla es un fortín difícil para los adversarios cuando los aficionados valencianistas aprietan desde la grada. Mestalla es una olla a presión que empequeñece a los rivales aunque el Athletic de Bilbao con Marcelino al frente intentará que esa presión no les cohíba y a buen seguro se vivirá un partido apasionante. Desde luego la competición copera es una buena válvula de escape con la que alcanzar la competición europea. Siempre ha sido una competición que ha salvado al Valencia en temporadas difíciles y que han maquillado una clasificación liguera discreta. Recordemos, como más recientes, la conseguida en el 2008 por Koeman en el banquillo valencianista que prácticamente ni se celebró. La última, la conseguida por Marcelino, sí que tuvo una celebración como merece la consecución de un título. El desenlace y el desencuentro con los propietarios tras este título ya todos lo conocemos y la destitución de Marcelino es una de las decisiones más incomprensibles para los aficionados valencianistas.
No obstante, no deberíamos olvidar la vía liguera para alcanzar esas posiciones europeas. El Valencia ha estado un par de veces en esta liga a punto de acercarse a las posiciones Champions. Recordemos el partido ante el Español en el que se esfumaron los tres puntos a poco de finalizar el partido o el partido ante el Atlético de Madrid en el que una segunda parte desastrosa echó por tierra una primorosa primera parte del equipo. En el campeonato liguero quedan una o dos plazas por las que luchar, aunque es cierto que ahora mismo hay demasiados equipos que pueden optar a esas plazas y que nos hemos alejado un tanto de esas posiciones. No deberíamos desfallecer en el intento y deberíamos intentarlo. La última parte del calendario es bastante favorable para el equipo y, si se recupera la solidez defensiva que tantos quebraderos de cabeza esta dando esta temporada a Bordalás, el Valencia, con la mejoría en las prestaciones ofensivas con las incorporaciones de Ilaix Moriba y sobre todo la de Bryan Gil, podría llegar a consolidarse en la parte alta de la clasificación.
El primer eslabón el domingo en Vitoria ante el Alavés de Mendilibar. No será fácil para el Valencia porque el Alavés puede tener una última oportunidad para salir de las posiciones bajas. Una derrota les podría condenar al descenso. Por otra parte, el Valencia no debe dejar pasar la oportunidad de sumar tres puntos ante un rival nervioso y necesitado. He aquí la disyuntiva. Apostar por una u otra competición para lograr el objetivo. O ambas a la vez. La Copa es lo que se nos antoja más cercano. Los sorteos fueron benévolos y estamos a dos partidos de un gran éxito. La liga tiene un camino más curvado y a priori en estos momentos se antoja más complicado. De todas maneras el Valencia lo va a intentar en ambas competiciones y a ver si Europa nos cae en la Liga o en la Copa. Estar en Europa es vital hoy en día para la visibilidad y para la economía de los equipos de fútbol.