Una carrera de fondo

Esta Liga va a ser una carrera de fondo. Un maratón. Y hay que aguantar. No queda otra. La crisis de la Covid nos ha traído un campeonato de resistencia. Que se aparten los sprinters. Solo los más fuertes llegarán a la meta. Porque las lesiones van a jugar un papel capital en el desarrollo de la competición. El Valencia ya lleva once lesiones musculares en lo que va de competición. Y solo se llevan tres meses de torneo. La última, la de Guillamón en el partido ante el Atlético. Aunque, la que más duele, es la baja de Gayà. No lo digo por el gol en propia meta de Lato, sino porque el capitán se había convertido en el gran referente del equipo dentro del campo y en el vestuario. Con una plantilla corta, como la actual del Valencia, la segunda unidad va a jugar un papel determinante para conocer la suerte final del equipo. Si los actores secundarios se animan y nos muestran que son ambiciosos, podremos ser optimistas. Si por el contrario los suplentes no dan el nivel mínimo exigible, hablaremos de una clasificación mediocre al final de curso.

Las lesiones han salpicado a todos. El Barcelona, por ejemplo, se desangra sin Piqué ni Sergi Roberto. Koeman tendrá que cambiar la fisonomía del equipo y variar el sistema de juego. De momento, ya aparecen jugadores nuevos en la alineación como el canterano Mingueza. O Braithwaite disfruta de un protagonismo que nunca tuvo porque Messi necesita más tiempo de descanso. En el Madrid, Zidane no puede contar con Odriozola, Carvajal, Valverde o Benzema, y se ve obligado a alinear a Lucas Vázquez de lateral derecho. También el último partido con la selección, esa histórica goleada ante Alemania, nos dejó las lesiones de Sergio Ramos y Canales. Un peaje muy caro para sus respectivos equipos. Y así el resto de competidores…. Aunque muchos clubes usen la tecnología como medida de prevención, cuentan que con la inteligencia artificial se puede reducir hasta en un 41% el riesgo de lesiones, lo cierto es que los jugadores están cayendo como moscas. Y luego están las bajas que cause la propia pandemia, de las que seguro veremos muchas más durante los próximos meses de competición.

Además de las lesiones, los equipos que jueguen competición europea lo van acusar mucho más que otros años. Y aquí es donde el Valencia, huérfano de Europa, puede disfrutar de algo de ventaja sobre el resto. Al margen de lo ocurrido ante el Atlético. La Real Sociedad, por ejemplo, es el equipo más solvente de la Liga. Pero la Liga Europa le penaliza. Y sufre de lo lindo para sacar adelante sus envites. Cuando los rivales sean de mayor empaque, en alguna de las dos competiciones tendrá que dar un bajón. Lo mismo le sucederá al Granada o el Villarreal. Aunque éste último tiene fondo de armario como para evitarlo. Por este motivo, hoy más que nunca cobra vigencia aquella frase de Luis Aragonés. El Sabio decía que “en las últimas diez jornadas es donde se decidirá todo”. Y ahí, la plantilla que llegue más fuerte, o menos tocada, saldrá vencedora.

Está claro que, en la actual coyuntura, la preparación física va a tener una importancia vital. Pero tampoco podemos obsesionarnos con apostarlo todo a cultivar el cuerpo. El fútbol no es atletismo. El punto de partida para ganar los partidos debe ser jugar bien. Y, a partir de ahí, mejorar en lo táctico y en lo físico. El gimnasio debe ser secundario. Es cierto que ahora la tendencia es correr más que el rival y presionarle. Parece que el tiki-taka ha pasado a mejor vida. Pero si se sabe manejar bien la pelota, siempre se encontrará un recurso ofensivo. Y luego está la calidad individual. Esa que hoy en día es cada vez más complicado de encontrar en Primera división. Porque, que a nadie se le escape, jugadores que aporten algo diferente al fútbol cada vez hay menos. Yo los echo en falta. Una pena.