GRUPO PLAZA

13 de noviembre / OPINIÓN

Me gusta el fichaje de Soldado

29/06/2021 - 

VALÈNCIA. Roberto Soldado es uno de esos jugadores que generan una explosión de reacciones confrontadas. De los que no quieres tener delante porque acabas hasta las narices de él, pero siempre deseas que haya uno en tu equipo. Con estos perfiles, casi siempre tendemos a profundizar en sus sombras y no priorizamos sus virtudes. Dejando al margen filias y fobias, este mercado sujeto con alfileres y marcado por la maltrecha economía en los clubes ofrece una oportunidad inesperada por el medio millón de euros de su cláusula liberatoria para firmar a un delantero con ese extra de argumentos necesarios cuando las cosas salen torcidas y cuya hoja de servicios le da potestad para dar un golpe encima de la mesa si es necesario. Nervio y mala leche. Un líder que muchas veces eché en falta la pasada temporada. Que me perdone el resto de la plantilla, pero escasearon más como él (los hubo pero no demasiados) para tirar del carro y frenar la caída libre desde el adiós en la Copa del Rey. Antes de que se lo lleve otro rival de la ‘misma Liga’, pues para nosotros y a sumar. Hay que aplaudir el movimiento. Otra cosa es el impacto en las arcas del club con el 30 de junio a punto y el boquete financiero presente.

Más de un granota le dijimos de todo (y nada bonito) en aquel partido de la permanencia en Mestalla (15 de mayo de 2011). Cómo se las gastaba con Nano. Menudo cara a cara volcánico entre el ariete y el central. Una pesadilla como también lo demostró en su última visita al Ciutat con el Granada con ese tanto de cabeza en la prolongación para firmar el 2-2 final y minimizar el impacto del doblete de Morales. Soldado y el Comandante… ojalá nos cansemos de unirlos en titulares. Habrá que ser originales si es que se puede. Antes nos hizo polvo con un ‘hat-trick’ con la elástica de Osasuna en mayo de 2007. El tercero en su cuenta (el 1-4 final) fue un misil desde su propio campo ante el que nada pudo hacer el guardameta argentino Pablo Cavallero, que había entrado por Zé María en el minuto 4 tras la expulsión de Molina. Hubo aplausos y merecidos. Fue uno de los mejores goles en contra que he visto en el estadio desde que tengo uso de razón.

Creo que ha quedado claro que me gusta el fichaje de Soldado. Luego si la apuesta sale defectuosa, me podéis decir lo que queráis. Aquí os espero. La ventanilla de cada 13 de noviembre está abierta para todos. Igualmente entiendo que haya aristas que generen discrepancias. Como he dicho al principio, es un profesional que no deja indiferente a nadie. La etiqueta de exvalencianista (si es que alguno todavía no se la ha quitado de la boca) me cansa. Hay muchos casos que demuestran que el pasado en el vecino ha sido un punto a favor. Y el qué dirán (por una cuestión de imagen debido a factores ajenos al balón como el posicionamiento político que jamás ha escondido el ariete) nunca debería ser un factor desestabilizador de puertas para dentro en una operación que refuerza el proyecto de la próxima temporada en la parcela ofensiva. Por supuesto, como dijo Quico Catalán en su última comparecencia de casi dos horas de duración, que hay que escuchar, atender, evaluar y tener en cuenta al entorno para saber lo que piensan. Lo del ejercicio pedagógico, explicar mejor las cosas y ser transparentes en todo momento. Si se ha apostado deportivamente (David Navarro es el gran valedor de su llegada) y casan las piezas en la encrucijada económica, a tope con él.

No debería ser un marrón pagarle a Soldado lo que merece por su trayectoria (consolidado en España y con un periplo por Inglaterra y Turquía) ni por su rendimiento a sus 36 años (en las dos temporadas en el Granada participó en 88 partidos y marcó 25 goles entre Liga, Copa y Europa League), ni darle más o menos vinculación contractual (ha firmado hasta junio de 2023) para cuadrar la movida del Fair-Play. No entro en números exactos. Soy más de letras. Los que están dentro saben hasta dónde llega el agua para no acabar ahogándose. El deseo del jugador era volver a casa y seguir los pasos de otros que han vestido las camisetas de Valencia, Villarreal y Levante como Farinós (también estuvo en el Hércules), José Enrique o Javi Fuego. La dificultad en Orriols es el lastre que arrastra en la mochila como la rémora de los tres millones de euros que tiene de coste la última temporada de Sergio León entre su salario y la amortización del traspaso al Real Betis o la apuesta fallida por Dani Gómez. En la libreta del área deportiva, la idea es que el ataque sea para Roger, Soldado, Cantero y la variante de Morales, que en el plan esbozado inicialmente para el próximo curso partía como hombre de banda.

Hay ‘overbooking’ ofensivo. Hay demasiado ‘macho alfa’ y para colmo, León sigue empeñado en cumplir su último año de contrato siendo consciente de que no entra en los planes de Paco López. Ni él ni Dani tienen sitio, pero deshacerse de los dos va a ser una misión (casi) imposible. El Levante no se puede permitir que un porcentaje de su partida de gastos se destine de nuevo a la rescisión de contratos de jugadores. ¿Hay otra solución para reparar el embudo que genera la situación del delantero cordobés? A día de hoy no veo otro remedio que indemnizar a Sergio León y desbloquear el año de contrato que le queda y asumir parte de la ficha de una hipotética cesión de Dani. El mercado hasta el 31 de agosto va a dar muchísimas vueltas todavía. Hay más de una treintena de futbolistas en nómina.

Antes de entrar (y reforzar posiciones más necesarias incluso que la búsqueda del gol) hay que abrir la puerta y airear porque hay excedente de tripulantes en la nave granota. Los nombres de Roberto Soldado, Enric Franquesa (el pretendido para el lateral zurdo tras no producirse el ascenso a Primera del Girona y evaporarse la opción del rayista Fran García) y Óscar Plano (para potenciar una de las bandas de ataque) han irrumpido con fuerza en los últimos días entre las urgencias por el yugo económico. Un panorama que va abocado a cerrar el ejercicio presupuestario con déficit y a hacer juegos malabares (ahora el más difícil todavía) para conformar una plantilla lo más competitiva posible de cara a la decimosexta temporada entre los mejores. Para inscribir hay que vender, sin malvender, y en el escaparate están todos. De momento, lo que respiro es que hay más ganas de hacer caja que posibilidades reales después de un final de temporada que ha devaluado a prácticamente toda la plantilla, con el añadido de lo que rodea a un fútbol que poco a poco se irá curando con la vuelta del público a los campos. Han salido muchísimos nombres a la palestra en la ‘operación salida’ (Campaña, Bardhi, Aitor Fernández, Vezo, De Frutos, Clerc, sigo empeñado en Melero…), pero aún quedan dos meses para encontrarnos muchas sorpresitas.

Noticias relacionadas

next

Conecta con nosotros

Valencia Plaza, desde cualquier medio

Suscríbete al boletín VP

Todos los días a primera hora en tu email