Parejo ha tomado una decisión personal que es marcharse del Valencia, pero la forma que ha elegido para colocar al club en una absurda postura de fuerza no es la adecuada desde mi punto de vista...
VALENCIA. Dani Parejo no es el primer jugador, ni va a ser el último que antes de comenzar la Liga, se sienta triste y se desenganche del equipo como lo ha hecho. Un equipo que le paga y muy bien por cierto, porque es ahora mismo el segundo mejor pagado de la plantilla del Valencia con 2 millones netos por temporada, que es mucha pasta en este club. Y, gracias a Nuno que pidió a Peter Lim que le renovase hasta el 2020. Y los dos dijeron sí, entrenador y propietario.
Un futbolista no puede hacerle al Valencia lo que está haciendo Parejo durante la pretemporada. Tenía que haber tenido un respeto al brazalete que en su día se le dio. Has faltado el respeto al Valencia. Y por eso, el club ha hablado y actuado como tiene que hablar y actuar alguien que defiende los intereses de un club como el Valencia.
Pero hay que ser responsable. Parejo ha tomado una decisión personal que es marcharse del Valencia, pero la forma que ha elegido para colocar al club en una absurda postura de fuerza no es la adecuada desde mi punto de vista.
Llevando casi un mes sin entrenar al nivel que Pako Ayestarán exige e impone, y sin querer jugar en el Valencia, esa actitud en Finlandia colmó la paciencia del "míster". Pero cuando un futbolista decide no entrenar y no jugar en el equipo que le paga, debe abanderar esa postura de fuerza con una gran oferta atrás. Monchi reconoció ayer que el Sevilla se retira de la puja, cuestión que abre un nuevo escenario. Y los caminos ya son otros de momento. O su agencia de representación trae al Valencia un ofertón de otro equipo español o extranjero, o Parejo le pide perdón a su técnico, después a la plantilla y en última instancia, a la afición, y se reintegra como le ha pedido el club en la dinámica del grupo con el equipo que todavía sigue pagándole, o la pinta que tiene el tema es muy clara. O traes la oferta o ya sabes amigo lo que hay. Una oferta convicente y fuerte.
Pienso que si la oferta que pueda llegar al Valencia es por debajo de la oferta del valor de mercado que la entidad considera que tiene Dani Parejo, el club no debe venderle. Tendría que retenerle. Y que cambie el "chip" del jugador. Aunque pienso que va a tener complicado convencer al aficionado de que le perdonen.
El escenario de Parejo es diferente al de Negredo. El Valencia tiene un problema de fútbol. Encontrar otro Parejo. Porque esto es diferente a lo que pasó con Otamendi, que se negó a jugar pero ya vinieron más tarde con 45 millones de euros. O cuando Mathieu pidió por una carta que le vendiesen y no quería entrenar, y Salvo le sacó los 20 millones de su claúsula al Barcelona. O Roberto Soldado tampoco quería seguir, pero tenía al Tottenham, y al final, se le forzó y llegaron 30 millones de euros a las arcas. Si Parejo hubiese ido al club con una muy buena oferta como ellos tres, se le entendería.
¿Cuánta gente perdonaría a Parejo si mañana por ejemplo convoca una rueda de prensa, se disculpa por su actitud negativa y de "apatía", y reconoce que se ha equivocado. ¿Cuántos aficionados?. ¿Perdonarían o no perdonarían?. ¿Volverían a aceptar que Parejo vuelva a jugar con la camiseta del Valencia?. Yo lo dudo mucho. El Valencia ha jugado fuerte en esta partida de ajedrez. También entiendo porque es persona que Parejo lo esté pasando mal con esto, y que encima, sus dos mejores amigos ya no están como Barragán y Piatti. Pero él se lo ha buscado. No quiere estar aquí. No se siente querido y se ha querido ir al Sevilla. Hay muchas formas de hacer las cosas. Así no Parejo. Hasta el día que consigas marcharte, hay que funcionar de forma diferente y tener otro tipo de comportamiento con quien también te paga. Con esto sólo es más fácil poder marcharse siempre que llegue una oferta buena. Es el ABC del fútbol. Para acabar adoptando una postura de fuerza, uno tiene que tener como respaldo, una muy buena oferta como Otamendi, Mathieu o Soldado.
Parejo tiene un guante lanzado como debe ser, con dureza por parte del Valencia, pero para ver si da marcha atrás. Apartarlo del equipo tiene un coste complicado, pero hay que entender al entrenador del Valencia. A nivel de banquillo no tiene aún el poso de otros técnicos, pero en la forma de gestionar el grupo le felicito. Acertó con Feghouli cuando el argelino le faltó al respeto y ya no volvió a jugar y ya es historia. Y ahora Parejo pone en jaque el poder que tiene Pako Ayestarán en el vestuario. Y el entrenador no ha sido débil. Y ha sabido ser firme y tiene que ser fuerte, y aquí ha sido muy coherente. "Chapeau" para Ayestarán por hacerse fuerte y demostrar que manda en el vestuario.
El problema que veo es que el Valencia no tiene otro jugador en la plantilla como Parejo, salvo Medrán. Y con sus luces y sus sombras, hay quien piensa que es insustituible. Yo pienso que sí se puede vender. Se fueron jugadores mucho más importantes que Parejo y André Gomes y el Valencia ganó igual títulos. Lo que pasa que salir al mercado a buscar un Parejo sin mucho dinero, es un problema. Por eso, el club pone en marcha su maquinaria hasta donde puede para no tener que vender a Parejo.
Es muy delicado este tema y de difícil solución. Si ellos consideran que no hay vuelta atrás, es decir, jugador y agentes, tiene que buscar un equipo que ponga el dinero encima de la mesa para que se vaya, o promover con Parejo una disculpa pública. Y si te quieres ir, trae una oferta. Esto es fútbol profesional. Y el Valencia firme y fuerte. Y no puede regalar a un jugador como Parejo.
Ahora me acuerdo del gran Alfredo di Stefano(qpd) cuando dijo que Dani Parejo era su niño mimado en el Real Madrid y la joya de la corona de la cantera. Si levantara la cabeza y viese la que organizado su "niño mimado" madre mía lo que pensaría.
Yo pienso que casualidad que no quieras jugar en el Valencia una vez te firmaron ganar dos millones de euros netos. Y pensar que el día 13 está a la vuelta de la esquina. El Valencia ha vendido a su mejor jugador, y el siguiente se quiere marchar. La que se avecina.