VALÈNCIA. Cuando Marcelino fue cesado en el Valencia y fue preguntado por los motivos argumentó -para sorpresa de muchos- que, no habiendo recibido razón alguna por parte de la propiedad, sólo se le ocurría el haber hecho una apuesta fuerte por la Copa. Aunque Anil Murthy no dudó a la hora de fotografiarse con la Copa al aterrizar en Manises, parece que al ‘amo’ y a su bufón les había incomodado ver a tantas decenas de miles de valencianistas llorar de alegría cuando ellos -que tanto saben de fútbol y de las distintas temperaturas que se pueden medir en un vestuario- habían decidido que la Copa no interesaba. Pocos meses después fue Mateu Alemany, en su comparecencia de prensa de despedida celebrada en un hotel ante la negativa del Club a ceder su sala de prensa al mejor ejecutivo que ha pasado por el Valencia en los últimos 20 o 30 años, quien insistió en la Copa de Rey como desenlace del ‘carpetazo’ que Meriton había decidido dar a un proyecto solvente. Y hace apenas un mes el propio Marcelino llegó más lejos en un entrevista afirmando que en las horas previas a la eliminatoria ante el Getafe le habían dicho que no apostase por esa competición y que levantase el pie del acelerador porque la Copa no era un objetivo para el Club.
Pasado el tiempo y viendo el ‘papelón’ que hizo Celades y el que hizo Javi Gracia el miércoles ante el Sevilla, resulta inevitable que flote la duda en el ambiente. Las últimas dos ediciones del trofeo del ‘ko’... ¿han sido postergadas de motu propio por los entrenadores? o... ¿Atendieron a las indicaciones del bufón del ‘amo’? Sinceramente creo que nunca lo sabremos porque, habitualmente, quien se atreve a denunciar algo así lo hace cuando se ha declarado en rebeldía ante tal maniobra: hacerlo público cuando, en un sumiso ejercicio de obediencia, has agachado la cabeza supondría aceptar públicamente que eres un pelele y eso... no suele suceder.
Lo bien cierto es que Javi Gracia, él solito o en compañía de otros, decidió tirar la Copa en el Pizjuán y alineó un equipo que rindiendo al 120% de sus posibilidades hubiera tenido muy difícil el pasaporte a cuartos y que, en sintonía con la apatía de su entrenador y la insolvencia de sus mandatarios, ni siquiera forzó la máquina para salir derrotados de Nervión con la cabeza alta.
Todo sea por la consecución de la ‘Gran Apuesta’ de esta temporada que... cualquiera podría pensar -tratándose del histórico Valencia CF- que consiste en apretar para intentar ganar la Liga o para conseguir una plaza Champions. Lamentablemente no es así. Es tan grave la enfermedad que ha llegado desde Singapur invadiendo hasta la última célula del Valencia CF que la gran apuesta consiste en ganar al Elche CF para ser si sirve de punto de inflexión y así el equipo encadena algunos resultados positivos que le ayuden a huir despavoridamente de la zona de descenso a Segunda División. Y todo ello porque el equipo diseñado por Anil Murthy, una vez eliminada la carga tóxica que le venía lastrando, no ha sido capaz de ganar ni al Elche en la primera vuelta, ni al Osasuna, ni al Cádiz, ni al Huesca, ni al Eibar, ni al Alavés que... se dice pronto dicho sea con el mayor respeto a clubes modestos cuya pelea sí pasa temporada tras temporada por mantener el tipo en primera división cuando no porfiar por un ascenso desde la categoría de plata.
Esta tarde apretaremos el ‘cu..’ y rezaremos todo lo que sepamos para sumar los tres puntos y ver el abismo un poquito más lejos pero la enfermedad sigue ahí y se está gangrenando hasta convertirse en una situación absolutamente perversa. El equipo es el que es, el entrenador parece loco por que le liberen de un banquillo que le está abrasando y el Presidente parece más preocupado por saber cuándo reabrirán La Deportiva que por intentar dirigir un Club de fútbol con más de cien años de historia. Y es que a Murthy, como le sucedió al equipo en el Pizjuán el miércoles, le vendría muy justito dirigir nada poniendo el 120% de atención y de intención pero es que, además, no le gusta trabajar.