VALÈNCIA (EFE). El entrenador Óscar Fernández, que dirigió el banquillo del Valencia en dos partidos en la temporada 2007/2008, explicó que su experiencia en el banquillo del primer equipo valencianista fue tan rápida e intensa que no lo pudo saborear hasta que pasó.
“Siempre lo recordaré como un momento de mi vida que me llegó muy rápido (…). La semana de antes había estado en la grada viendo el partido contra el Getafe y a la semana siguiente estaba en el banquillo”, dijo el entrenador en una charla virtual organizada por la Federación Valenciana de Fútbol (FFCV).
Fernández, que también ha entrenado al Torrelevante, al Astreras Tripoli de Qatar y al Atlético de Madrid B, estaba entrenando al Valencia Mestalla cuando se hizo cargo del primer equipo de manera provisional en los partidos frente al Real Madrid (derrota por 1-5) y Real Mallorca (victoria por 0-2) en la temporada 2007/2008 tras la destitución de Quique Sánchez Flores.
“Me quedo con la noche de Mallorca, ese 0-2 con los goles de Fernando Morientes y lo que se vivió en ese vestuario y viví yo cuando llegué con el avión al aeropuerto. Fue una experiencia bonita, ser entrenador de tu equipo, del equipo que te ha dado la posibilidad de entrar en la elite. Cumplí el sueño de todos los entrenadores de fútbol base”, manifestó.
En cuanto a sus preferencias de juego, el valenciano explicó que no se define con ningún estilo, sino que es abierto y flexible. “Dentro de mi estilo, me gusta ayudar a que los jugadores respondan, vivan y sientan lo que hacen, por eso creo mucho en los espacios y estructura organizada”, explicó.
Para Fernández, el fútbol es un juego de “espacios” y de “conquistar” donde el entrenador y el cuerpo técnico deben ayudar a que el futbolista sea organizado y equilibrado, pero que nunca pierda su espontaneidad.
Sobre los jugadores a los que ha entrenado, Fernández destacó que Isco Alarcón, Paco Alcácer, Jordi Alba y Jaume Doménech son los futbolistas que más le sorprendieron en su paso por las categorías inferiores del Valencia y en el Atleti fue Teo Hernández.
El técnico recordó su paso por el Astreras Tripoli de Qatar como una experiencia que le marcó “positivamente” e indicó que fueron sus tres años y medio más importantes en cuanto a formación.
“Me enseñaron a escuchar, que es muy importante en esta vida, y sobre todo me enseñaron a compartir. Fue una experiencia increíble, con muchas vivencias, muchas situaciones de adaptación y fue un momento apasionante a la hora de crecer y de cómo intentar que los jugadores lo hicieran”, explicó.