VALÈNCIA. El fútbol se muere, sin público en las gradas. Ha perdido el alma. Supongo que es la explicación más plausible para tantas cosas que venimos observando y no tienen sentido, en apariencia. Los estadios vacíos han menguado, progresivamente, la tensión competitiva y el futbolista se ha acostumbrado a jugar como entrena y a no sufrir veredictos soberanos.
El Barça se jugaba sus opciones de Liga y el liderato provisional en Orriols ante un Llevant muerto desde hace dos meses, con la salvación virtual en el bolsillo, sin más en juego que la honrilla. El once culé saltó al Ciutat de València desbocado, con hambre de goleada, jugando como un equipo, y desperdició en pocos minutos dos ocasiones clarísimas y unos cuantos acercamientos con peligro. Al Llevant le venía justo para levantarse de la lona y boquear a tomar aire. Justo lo que se esperaría. Era el guión normal, al que se sumaron Miramón y Toño, indefensos ante Alba y Dembelé, sin coberturas que atenuaran el naufragio, sin mediocentros defensivos que restañaran tanta herida –ni Melero ni Pier lo son–. Las bandas fueron un derroche culé y una pesadilla granota. El Barça se puso 0-2 porque Messi también marca churros y porque a Duarte el curso se le hace largo. En el 0-1 Alba danzó por su banda y, tras un rechace, Messi marcó de tijereta mordida, en semifallo. Aitor, además, pudo hacer más. El segundo fue un día de la marmota levantino: una transición mal defendida. Y en el último tramo Duarte no encimó a Dembelé cuando tenía la posesión y le permitió ponerla atrás con toda facilidad. Pedrito llegó más solo que la una para embocar. El desbarajuste granota era de órdago. Pero entonces el Barça levantó la bota y el Llevant respiró, agradeciendo marcharse al vestuario sólo con 0-2. De haber estado acertados, los de Koeman pudieron meter seis. Dembelé era una pesadilla. Para Toño en juego posicional; para Duarte en carrera, cuando Toño se quedaba arriba. ¿Quién podía imaginar lo que estaba por llegar?
¿Se jugaba la liga, el Barça? No lo pareció en la segunda mitad, desde luego. Se creyeron con todo hecho y se travistieron en el Llevant sin actitud de los últimos meses. Una indolencia delictiva, una imprevisible falta de profesionalidad. Un Barça frágil y perezoso, incapaz de arrimar el hombro y echarle arrestos al partido, cedió la iniciativa al Llevant y le regaló unos cuantos errores grotescos para que, sin apenas crear peligro, marcase dos golazos y pusiera las tablas: uno de Melero, disfrazado de ariete, algo que le encanta; el otro de Morales, de zipi-zape, con Roger, ¿cómo no?, tras un robo en la salida. No todo fue demérito barcelonista: hay que ensalzar la fe del Llevant, la confianza en las propias posibilidades, las ganas, el ímpetu, virtudes escasas este curso.
Poco duró la alegría. En otro carnaval defensivo granota el balón llegó a Dembelé, completamente sólo, que machacó las redes. Los granotes pidieron falta a Miramón. No fue. Cualquier contacto no lo es en el fútbol de salón que está conformando un colectivo arbitral errático en criterios y decisiones. Parecía imposible levantarle un 0-2 al Barça robusto de la primera mitad. Y sin embargo en un suspiro se diluyó el empate. Cuatro minutos duró la alegría.
Entonces apareció Kafka en Orriols. De repente calentaban Coke y León, como si el partido fuese un homenaje de dudoso gusto a los futbolistas más marcados por la crisis de estos dos meses. Cantero había firmado grandes partidos en Vigo y Gasteiz. Se intuía como revulsivo. Nada de eso. León lo había sido decenas de veces, sin éxito. Su trayectoria en el Llevant es esperpéntica. Como la de Coke. Ambos, finalmente, salieron al césped en el xx. Y en el 82’ Toño, el hombre que había regalado su banda a Dembelé pero que estuvo incisivo en ataque, y León construyeron el empate definitivo que arrebata la liga al Barça y rubrica la permanencia matemática. Aún tanteó la victoria el Llevant en una contra en que falló el último pase. Y en un córner, ya con el tiempo consumido, al que no se atrevió a subir Aitor.
Llevant UD 3-3 FC Barcelona
UNO A UNO: Aitor (5); Miramón (4) (Coke (5) 74’), Vezo (6), Duarte (4) (Malsa (6) 60’), Toño (4); Pier (4), Bardhi (7) (Gómez (6) 60’), Melero (8), Morales (7) (Giorgi (sc) 89’), De Frutos (8), Roger (7) (León (7) 74’).
—Paco López (5)
Goles: 0-1 Messi 25’; 0-2 Pedri 33’; 1-2 Melero 56’; 2-2 Morales 59’; 2-3 Dembélé 64’; 3-3 León 82’.