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PELEANDO A LA CONTRA / OPINIÓN

No Vuk, no party

5/12/2020 - 

VALÈNCIA. Un 3-0 al Getafe en un Orriols radiante, pese a estar vacío aún, donde no se vencía un partido desde febrero, suena a temazo de Emmylou Harris, claro, pero si analizamos siempre los partidos más allá del resultado, no íbamos a dejar de hacerlo hoy, no íbamos a dejarnos obnubilar por esta victoria que tanta falta hacía.

Y es que, en realidad, el Llevant mostró agunas de las virtudes y los defectos de la mayoría de partidos de esta temporada. Entre los últimos: la fragilidad defensiva y los desajustes en las marcas. Hace daño a los ojos que pillen la espalda a los centrales con 2-0 y contra diez. También las pérdidas peligrosas en tierra de nadie, esta vez de Melero y sobre todo de Rochina, que provocan desajustes y contragolpes rivales. La diferencia con otras tardes –tristes y desesperantes– estribó en que no jugaron ni Campaña ni Morales de inicio, futbolistas que llegan a desconectarse tanto que por momentos dejan al equipo con nueve (y, además, con la ausencia del sevillano el equipo ganó verticalidad).

La diferencia estribó sobre todo en que Vukcevic llevó la manija del equipo y regaló a sus compañeros equilibrio, apoyo defensivo, tempo, robo, presencia, circulación y criterio. También estuvo en un cuarteto ofensivo de lujo, con Rochina, De Frutos, Gómez y Roger, que se entendieron a la perfección y que esta vez si tuvieron definición. Si el saguntino evitara adornarse donde no debe y se centrara en explotar su visión de juego y su zurda prodigiosa tal vez valdría lo que pide para renovar.

Porque Paco López, en realidad, no cambió gran cosa. Metió a Vukcevic por Malsa, a De Frutos por Campaña y a Gómez por Morales. Su gran mérito estribó en dar galones, al fin, al montenegrino, en ofrecer la banda derecha a De Frutos (el carril de Clerc ya es espectacular casi todo el curso) y en alinear juntos a Roger y Gómez, que van a crecer en letalidad a medida que se compenetren.

También cometió algunos errores habituales: la disciplina asimétrica, por ejemplo. Señaló a Son, que es su mejor opción para el lateral derecho, con diferencia, por su partido en Pucela. Le pides a un carrilero, que acaba de debutar en Primera, que sea un puñal por la banda pero no asumes los riesgos de hacerlo sin coberturas. Y cuando falla lo pones al final de la cola, mientras los que lo desasistieron siguen siendo intocables. Y, además, revives en el once a un futbolista en el ocaso de su carrera, limitadísimo, que te ofrece carácter, compañerismo y poco más.

Se volvió a equivocar, también, con los cambios. Alguien dirá que con 3-0 ya estaba todo hecho, pero lo cierto es que, cuando Vukcevic se marchó del campo, el equipo se hundió y en diez minutos, hasta la expulsión del Djené, el Getafe creó más acercamientos peligrosos que en todo el partido. De repente aparecieron grandes espacios en la medular y se sucedían errores en pases fáciles que generaban opciones rivales. Y el 17 no aparecía, estaba en la grada. Rochina y Melero, en cambio, no podían con las botas pero acabaron el partido. Con 3-0 había que ser sensato, meter músculo en la medular para matar el partido y no regalar al Getafe un correcalles sin refrescar el centro del campo, donde Malsa se perdió sin ayudas. El Getafe estaba con diez y, desde el 76’, con nueve. ¿Qué hubiese sucedido con estos cambios contra once?

Tengamos la fiesta en paz. Pese al larguero de León (en un remate meritorio) y sus tres ocasiones a escasos metros de la portería (una de ellas con patadón al aire tras una asistencia magistral de Clerc) el Llevant mostró auténtica dinamita arriba, con nervio, con picardía, con desparpajo. Todo ello irrumpió para la jugada decisiva del partido. Gomez murió por un balón perdido y De Frutos se jugó la vida para asistir a Roger que se desmarcó y definió al palo largo de Soria. Chema dejó a su equipo con diez por ensayar la entrada de De Jong a Alonso en Sudáfrica. De Frutos tuvo dos claras y a la tercera remató con decisión después de que Roger le regalara un balón luminoso de primeras.

No me muevo de lo de siempre, con 3-0 o sin él: los mimbres de este equipo son brutales y gran parte de la culpa es de Paco López que es, también, quien tiene la potestad de implantar una jerarquía distinta en el vestuario, de nadar y guardar la ropa cuando haga falta y de trabajar hasta la extenuación los automatismos defensivos de este equipo, que tienen mucho que ver con el rol que deben asumir futbolistas como Vukcevic, Malsa o Radoja. Porque la portería a cero nace ahí. Y las opciones de victoria también.

Llevant 3-0 Getafe

UNO A UNO: Aitor (5); Coke (5) (Miramón (sc) 75'), Postigo (5), Vezo (5), Clerc (8); De Frutos (9) (Sevikyan (sc) 82'), Melero (5), Vukcevic (9) (Malsa (5) 59'), Rochina (6); Gómez (8) (Morales (4) 59'), Roger (9) (León (4) 75').

Paco López (5).

Goles: 1-0 Roger 4’; 2-0 Gómez 16’; 3-0 De Frutos 56'.

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