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peleando a la contra / OPINIÓN

Un mal día

14/02/2021 - 

VALÈNCIA. Demasiada literatura con lo de la gestión de la plantilla. Tanta que el tema se le ha ido de las manos a Paco López, el mismo hombre que ha llevado a la escuadra blaugrana a las puertas de la final de Copa. Osasuna no es el Portugalete ni menos aún el Racing de Murcia y el Llevant, a seis puntos del descenso, no debió regalar tanta ventaja al rival en un partido decisivo: la victoria alejaba el descenso a 9 puntos y a un rival directo, el navarro, a ocho. Sobre todo teniendo en cuenta el calendario que llega: Atlético (dos partidos seguidos), Athletic (en Liga, justo antes del de Copa), Real Sociedad, Valencia y Betis. Paco López es un tipo ambicioso. Quizá el míster pretendió vencer a Osasuna con sólo uno de sus futbolistas más creativos sobre el césped, Rochina. El saguntino lo intentó y de él surgió el escaso fútbol ofensivo levantino, que pudo ser suficiente para marcharse con ventaja al descanso: Duarte y Malsa tuvieron dos opciones claras; Osasuna apenas se acercó a Aitor, prácticamente inédito. Quizá López quiso ganar de esta guisa a los navarros y salir ante el Atlético con todo. Pudo salirle bien, pero el riesgo fue excesivo. Parecía más sensato poner toda la carne en el asador ante los rojillos y verlas venir ante los de Simeone.

Quizá López pretendió aguantar con una buena defensa y un doble pivote medular potente para maniatar a Osasuna y sacar la artillería en la segunda mitad. Pero, si ese era el plan, tardó demasiado en reaccionar y no acertó con los cambios: Clerc urgía por Toño y Pier, en su regreso al once, venía firmando un partido serio. Morales, Bardhi y De Frutos salieron en el 62'. Hasta entonces, en esos minutos de la reanudación, Osasuna había realizado más acercamientos peligrosos que en toda la primera mitad. Los cambios, además, no dieron el resultado esperado: Morales y Bardhi estuvieron imprecisos, fallones; Clerc no fue el habitual puñal en su banda, y Son salió muy tarde. De Frutos sí fue revulsivo: forzó el penalti y ofreció asistencias al corazón del área que sus compañeros no supieron resolver. Se extrañaba a Roger para cazar alguno de esos balones y empujarlo a la red. Luego López explicó que había tenido molestias.

En todo caso, y pese a todo, pudo ser suficiente, si Morales y Malsa hubiesen acertado desde los once metros, uno a balón parado, otro en jugada. Fallaron el uno y el otro. En esta columna siempre hemos observado que Morales no es un tirador de penaltis fiable, pero insiste en una faceta que no domina. El entrenador, tal vez, no debiera ser ajeno a ello y dejar este asunto en manos de sus futbolistas.

La victoria de Osasuna no fue justa, de acuerdo, pero no se pueden dar tantas probabilidades de éxito a un rival claramente inferior, cuando hay tanto en juego: además de todo lo expuesto relacionado con la tabla clasificatoria, se malbarató una racha extraordinaria y la imbatibilidad en el nou Orriols.

La derrota, sea como fuere, no tiene marcha atrás y habrá que abordar un reto superlativo para compensarla: vencer a un intratable Atlético y devolver la emoción a la Liga. Ganarle dos veces seguidas, ya puestos. Y esperar al Athletic con las uñas bien afiladas. Y la ambición intacta. Hay demasiado en juego en las próximas semanas como para no pasar página ya mismo. Un mal día lo tiene cualquiera.

Llevant UD 0-1 Osasuna

UNO A UNO: Aitor (sc); Miramón (6) (Son (6) 85'), Duarte (7), Vezo (6), Pier (6) (Bardhi (4) 62'), Toño (3) (Clerc (5) 74'); Malsa (7), Radoja (7), Rochina (6) (De Frutos (7) 62'); León (3) (Morales (3) 62'), Gómez (5).

Paco López (4)

GOL: 0-1 Budimir 74'

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