ALICANTE. A estas alturas hablar de que la actividad del Elche se ve condicionada sobremanera por las deudas que arrastra resulta redundante.
El club franjiverde paga los errores de los años buenos, de su última etapa en Primera División (con final abrupto donde los haya para los franjiverdes), a todos los niveles: ahí está, por ejemplo, el tira y afloja con la Liga de Fútbol Profesional (LFP) a cuenta del límite salarial que responde precisamente al interés de la patronal por asegurarse que el Elche cumple con los compromisos adquiridos en el convenio de acreedores y el suscrito con la Agencia Tributaria, por poner solo dos ejemplos que llevan a aquellos años de vino y rosas.
Ahora bien, el Elche también es acreedor. Al club del Martínez Valero también le deben dinero y entre la lista de deudores destaca en especial uno, la mexicana Compañía Nacional de Gas, con la que el año pasado se suscribió un contrato publicitario casualmente el penúltimo día del mercado de fichajes que permitió convencer al Órgano de Validación de la LFP de que le aumentase excepcionalmente el límite de coste de plantilla deportiva para poder dar de alta a Jony Ñíguez y Borja Martínez.
Es evidente que la operación tenía de todo menos de publicitaria: la citada firma no tiene ninguna actividad en España (se dedica exclusivamente a la distribución de gas natural en México), por lo que resultaba un tanto absurdo que se sirviera de la camiseta del Elche para anunciarse, teniendo en cuenta también que la marca franjiverde no destaca precisamente por su peso en el mercado mexicano. Probablemente por eso, la jugada ha terminado como ha terminado. Qué pensará la LFP...
Ni un duro