VALÈNCIA. Fabrício Santos, igual que Kocho, es uno de los futbolistas del Levante que hace dos temporadas militaron a préstamo en las filas del Castellón y, este domingo, vuelven a pisar la que fue su casa. Más suerte tuvo el georgiano que el extremo carioca, al que le costó entrar en los planes de, entonces, Torrecilla y Rudé. Fabri fue a chispazos, sin llegar a explotar nunca en Castalia. La apuesta de Felipe Miñambres, que le reclutó del filial del Celta para foguearle en Primera RFEF antes de que entre Javi Calleja y las inclemencias del mercado le mantuviesen en Orriols, llegó a su prime ya vestido con la blaugrana. 

Las lesiones, sin embargo, han ido relegando a Fabri a un segundo plano. Hoy, es actor secundario para Julián Calero, que hasta la fecha ha mantenido un esquema muy claro, con pocos cambios y una columna vertebral prácticamente inamovible. Ahora, las lesiones complican la vida al técnico de Parla. Las escasas modificaciones que anunció para la visita al líder de la jornada pasada se transformarán en un importante movimiento de piezas de cara al choque ante una de las revelaciones del campeonato, este sábado.