VALENCIA. Alba Gutiérrez Calero (Valencia, 15 de enero de 1998) es uno de los diamantes en bruto del judo valenciano que afronta una nueva temporada con energías renovadas y con la ilusión de resarcirse de la pasada campaña en la que no salieron las cosas como esperaba por diversos factores. La judoca ha fijado como uno de sus grandes objetivos para el curso 16-17, luchar al máximo por conseguir un hueco en el Campeonato de España Júnior e intentar asaltar el podio.

"Esta temporada empiezo con más fuerza que nunca, voy a intentar posicionarme entre las primeras del ranking nacional, luchar para ir al Campeonato de España y sacar medalla. Y, además, me encantaría estar clasificada bien para poder ir a algunas Europeans Cups e incluso al Europeo", explicó con ambición Alba Gutiérrez.

Esta nueva temporada supone un escenario completamente diferente para la valenciana que viene de una campaña un tanto extraña en la que no consiguió todos los resultados positivos que se había fijado a principio de curso. Aún así, la deportista del Proyecto FER logró proclamarse en campeona de España: "Fue uno de los logros más especiales en el plano personal. Fue una mezcla de sentimientos que hicieron que se convirtiera en un triunfo espectacular", aseguró la judoca valenciana.

En lo que concierne a una posible participación olímpica a largo plazo, Alba Gutiérrez es consciente de la dificultad que entraña este reto pero luchará por cumplir el suelo de cualquier deportista: "Siempre ha sido mi sueño, creo que casi el de todo deportista de alto nivel. Ahora que voy a empezar la universidad, tendré muchísimo más tiempo para entrenar y salir más a competir. Espero poder luchar para conseguirlo", dijo la valenciana.

Por último, Alba Gutiérrez cuenta como se ha ido encandilando del judo desde que empezó a dar sus primeros pasos sobre el tatami: "Mi primer deporte fue la natación, me inscribieron con tan solo 9 meses, hacía 2 días a la semana, más concretamente los lunes y los miércoles. Un día, en el 2004, mi madre nos propuso a mi hermano y a mí de hacer algún arte marcial, pero claro, tenía que ser un día contrario a los de natación. Así que buscamos un club cercano a casa, pero resulta que coincidía con los días que yo hacía el otro deporte. Entonces fui a otro en el que hacían judo,  a mi madre siempre le había llamado la atención ese deporte y nos apuntó un día para probar.  Nos gustó tanto que poco a poco dejamos la natación y en vez de hacer dos días de judo, pasamos a tres. A lo largo de los años, me he dado cuenta que el judo es mi vida, y algún día que no puedo ir a entrenar por cualquier cosa, me siento con una sensación de vacío", concluyó.