VALÈNCIA. Último día antes de vacaciones y el Levante se presenta en el baile de fin de curso como los malos estudiantes. Ha terminado sacando el curso adelante pero está ansioso con ponerse las chanclas y la toalla para dejar atrás "un año duro". Así lo catalogó Paco López. Los levantinistas sacaron nota en los parciales pero han llegado jadeando a los últimos días de clase. Los profesores no están contentos, los padres ya fabrican castigos estivales y el estudiante se viste de gala a sabiendas de que, pase lo que pase en la fiesta, alguien ya ha saboteado su ponche.
8 puntos de los últimos 36 es demasiado golpe como para esperar un aplauso unísono de los 5.000 granotas que estarán esta noche en el Ciutat. Al menos, habrá gente, una de las noticias más positivas de un partido casi de exhibición y, para algunos, como despedida. Los Rochina Toño o Sergio León se vestirán por última vez con los colores del Levante -salvo sorpresa- y otros también vivirán su última noche en Orriols, pero aún no lo saben a ciencia cierta. Es el aliciente más claro del duelo. Aún así, una de las metas que puede rascar el vestuario, por aquello de salir a ganar un choque no solo por su hinchada, es clasificar por delante del vecino, el Valencia, si este no es capaz de sacar ningún punto de El Alcoraz este sábado.
Para eso es necesario sacarle los tres puntos al Cádiz de Álvaro Cervera. Decía el entrenador amarillo en la previa que el año que viene será más complicado para su club, y para el Levante, por lo que sugiere el cogidísimo mercado de fichajes que le espera, el futuro tampoco se abre con muchas facilidades. La sensación de que "el año era este", como muchos en la parroquia levantinista gritan a los cuatro vientos, sobrevolará hoy el Ciutat. Paco López no podrá contar con Campaña, con problemas personales y físicos, tampoco con Radoja ni Vukcevic, en un adiós al curso insulso y que, a cualquiera de los dos, les puede llevar a abandonar la disciplina este verano. Será en función de ofertas. Y Postigo y Duarte llegan el choque entre algodones. La temporada termina para el Levante como empezó el año: con la enfermería llena de pacientes.