ALICANTE. Ya lo dice Joaquín Sabina: "Hay que tener nostalgia del futuro, no del pasado".
La guerra judicial entre el Elche y la Liga de Fútbol Profesional (LFP) toca a su fin.
El plazo para recurrir ante el Tribunal Supremo el descenso administrativo del verano de 2015 finaliza estos días pero el club franjiverde ni ha ejercido ese derecho que le asiste ni parece que lo vaya a hacer: si bien asegura que sigue estudiando el fallo de la Audiencia Nacional del pasado 7 de septiembre, el contenido del mismo y el que hayan sido ya tres los órganos que han tumbado su pretensión con los mismos argumentos (el Tribunal Administrativo del Deporte en julio de 2015; Juzgado Central de lo Contencioso-Administrativo número 9 en mayo de 2017; y la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional hace un mes) dicen otra cosa bien distinta.
Se trata de fundamentos bastante sólidos como el que la Ley 10/1990 del Deporte (la Ley ) y el Real Decreto 1591/1992 sobre Disciplina Deportiva contempla como infracción muy grave de las reglas del juego y normas generales deportivas el incumplimiento por parte de los clubes profesionales de las obligaciones con el Estado o que los Estatutos Sociales de la LFP obligan a sus miembros en ese sentido y facultan a su Juez de Disciplina Social a castigar incumplimientos y que el propio Elche, con carácter previo a decretarse su descenso en los despachos, reconoció 'de facto' ambas cuestiones no recurriendo en las temporadas 2013/14 y la propia 2014/15 las diferentes resoluciones por las que se le castigaba por no atender sus obligaciones para con la Agencia Tributaria. Además, tampoco invitaba a ser optimistas la Jurisprudencia del Supremo, precisamente invocada en las desestimaciones de sus sucesivos recursos.
"Del cielo de tu boca al purgatorio"