VALENCIA. Se ganó. Por fin. Después de muchos errores el Valencia CF consiguió este domingo ante el Sevilla los tres puntos que le otorgan la salvación virtual en la primera división del fútbol español. Con lo duro que suena eso, la salvación es casi un premio vista la espiral de derrotas en la que había entrado el equipo.

El máximo accionista volvió a esconderse y no pudo presenciar en directo como la afición del club del que controla el 83% de las acciones volvió a llevar en volandas a su equipo pese a la temporada de disgustos que le han regalado los suyos. Hubiera sido un día perfecto para estar en Mestalla. Hubiera disfrutado de una tarde emocionante y ademas hubiera dado la cara en un momento muy complicado para la entidad y para la credibilidad de su proyecto. Lim no apareció y sigue alejándose de la gente, lo cual con la corriente a favor no pesa pero con la corriente en contra termina arrastrándote.

El singapurense no viene porque sabe que el ambiente está movido. Sus negocios en Asia no son el problema. El año pasado vino muchísimo porque se ganaba y este año lleva 3 meses sin aparecer porque no se gana y la gente está de uñas. Esa preocupación que tiene Lim, que le hace no venir a Mestalla pese a fletarle su propio jet a todos sus amigos y quedarse él en casa, se debe ver reflejada en los próximos días.

Ha llegado el momento de demostrar que de verdad quiere cambiar las cosas. En los próximos días deberá empezar a demostrar que los errores le han escocido y ha aprendido de ellos. Él es quien decide. Nadie más que él. Layhoon solo ejecuta ordenes y ahora Lim debe ordenar cuales son las directrices a seguir por sus empleados para la próxima campaña.

Lo primero es elegir entrenador. En esa decisión se evidenciará si el asiático ha entendido que el club no puede seguir en manos de entrenadores permeables e inexpertos y que este barco necesita un capitán con experiencia en el timón y no más aprendices que sean agradecidos por estar teniendo la oportunidad de su vida.

Lim ha conseguido en un año ver como el equipo peleaba por los mejores estadios de Europa a ver como se peleaba con los presupuestos más bajos de España por no descender a segunda. Lo primero llegó con un club lógico y lo segundo con un club descabezado y tomando decisiones deportivas sin ningún sentido.

Peter Lim compró uno de los clubes más grandes de Europa y gestionarlo exige mucho más cariño del que le ha puesto desde que llegó. El dinero era necesario pero han faltado muchos más ingredientes. Es hora de actuar. Yo sigo dudando de que vaya a cambiar el modelo y a dejarle mandar a Suso García Pitarch pero si lo hace me tragaré, encantado, mis palabras y esperaré que el director deportivo sea capaz de hacer un buen equipo.