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ALICANTE. Para doce tríos arbitrales, además de los encargados de administrar justicia en el Trofeo Ciudad de Alicante y en el amistoso de fútbol femenino entre las selecciones de España y Estados Unidos, han pasado esta campaña desapercibidas las medidas irregulares de las áreas del estadio José Rico Pérez.

Se desconoce si Sergio Usón Rosel es delineante de profesión, pero la realidad es que tuvo que regresar el colegiado zaragozano a Alicante para poner en evidencia la anomalía, aunque hay quien asegura que esta no se estaría produciendo desde la resiembra del pasado verano, sino desde que se sustituyó el terreno de juego para acoger el España-Albania hace 16 meses, por lo que el árbitro maño, que dirigió el Hércules-Baleares de noviembre de 2017, tampoco se libraría de aparecer en una lista de responsables infinitamente más larga, que sin duda encabezan Royalverd (la mercantil encargada del mantenimiento del césped, lo que comprende su pintado) y el club blanquiazul, pero de la que forman parte muchos colegiados que no detectaron que las áreas tenían un metro menos de ancho y medio metro menos de largo de lo que estipula la normativa.

El árbitro pidió consejo a sus superiores

"Estamos jugando toda la temporada con esas medidas, por lo que es evidente que no se habían revisado antes", declaraba el delegado blanquiazul Quique Sala a Efe. Usón Rosel se percató de lo que sucedía durante la inspección previa que, junto a sus ayudantes, realizó en los prolegómenos del partido. Según Sala, incluso llamó a sus superiores "para informarse de qué se podía hacer" y "tras hacer la consulta, me dijo que no se podía jugar así". 

El partido arrancó 30 minutos después de la hora de inicio fijada, ya que primero hubo que borrar las líneas y luego pintarlas de manera correcta.

"Se lo comuniqué a los dos entrenadores, que no pusieron ningún problema y entendieron la situación", decía Sala. 

Eso sí, mientras que Xavi Calm hablaba de "anécdota" en la sala de prensa, Lluís Planagumà aprovechaba para poner el acento en la falta de diligencia de otros árbitros, no solo en relación a la citada anomalía, especialmente respecto a sus polémicas decisiones durante los partidos.

Castigo por partida doble

Como adelantaba Alicante Plaza, el Hércules se expone a una sanción de multa de 600 euros, el castigo mínimo que se contempla en el artículo 87 Código Disciplinario de la Real Federación Española de Fútbol para esta infracción, pero el que corresponde al no haber reincidencia.

Ahora bien, hubo una segunda conducta antirreglamentaria que Usón Rosel imputó al club blanquiazul en el acta del partido, concretamente que se demorara "un minuto" en el inicio de la segunda mitad por retrasarse el equipo de Planagumà "tras haber sido advertido". 

El curso pasado el Hércules protagonizó un hecho similar en la visita a Son Moix (el colegiado de ese día lo recogió en el acta y el club fue apercibido).

Este comportamiento está tipificado como infracción grave en el Código Disciplinario, que en su artículo 85 la castiga con "multa en cuantía de hasta 3.000 euros" e incluso la posibilidad de suspender de uno a tres partidos al técnico del equipo responsable.

Tanto en el asunto de las líneas como en la demora en comparecer tras el descanso, la Jueza Única de Competición será la encargada de graduar la pena ponderando las circunstancias del caso concreto.

Tras el partido, agua

El Hércules atendió con celeridad las indicaciones del árbitro, por lo que el inicio del encuentro solo se tuvo que posponer media hora, pero la premura con la que tuvieron que actuar los operarios del club les obligó a trabajar con las líneas también después del partido.

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