ALICANTE. El pasado miércoles, en el transcurso de la primera jornada del III Universal Sports Tourism Summit Alicante 2021, organizado por la 'Asociación de Turismo Deportivo Costablanca', el concejal de Deportes en el Ayuntamiento de Alicante, José Luis Berenguer, lamentaba el déficit de infraestructuras deportivas que tiene la ciudad. El consejero delegado del Intercity, Toni Gallego, y el director general de Eón Alicante, Jaime Cremades, compartían el análisis que hacía Berenguer y que se puede resumir en la siguiente afirmación: "La actual corporación se ha encontrado con que no se ha hecho nada en esta materia por parte de las anteriores".
Aunque por "infraestructuras deportivas en Alicante" no solo cabe entender el Pitiu Rochel, el Rico Pérez o el Pedro Ferrándiz, la realidad es que estas son las principales de la ciudad y su estado dista de ser el mejor, algo que no puede sorprender a nadie porque son ya nada menos que 50 los años que contemplan a la primera, 47 a la segunda, 25 a la tercera y en todo ese tiempo solo se han puesto parches para frenar (a duras penas) su deterioro. Ahora parece que se va a acometer una actuación de calado en el Pitiu, una reforma en la que se van a invertir 2,3 millones de euros, pero la ciudad de Alicante necesita mucho más y no parece nada fácil conseguirlo... Hasta una simple resiembra, concretamente la del campo de fútbol de la Ciudad Deportiva Antonio Solana, se ha convertido en un viaje a la luna: el culpable parece ser un hongo, pero la realidad es que el Intercity lleva casi dos meses jugando en Santa Pola al estar impracticable ese terreno de juego y su filial, el CFI Alicante, va a tener que disputar la ronda previa de clasificación para la Copa del Rey en el campo de césped artificial de la Ciudad Deportiva Antonio Valls.
