VALÈNCIA.  El Elche ha cerrado el mercado de invierno de fichajes con tres incorporaciones y cuatro salidas en su plantilla, una de ellas la del tercer portero, por lo que el cambio es mínimo para afrontar la recta final de la competición.

Como suele ser habitual desde la llegada al club de Christian Bragarnik, agente futbolístico y propietario de la entidad, la mayoría de las operaciones se realizaron en el último día del mercado.

La estructura de la plantilla no sufre ninguna modificación brusca, ya que el Elche ha cambiado piezas, añadiendo un centrocampista al grupo y prescindiendo de un jugador de ataque.

El conjunto ilicitano ha abierto la puerta de salida al defensa Josema Sánchez, cedido al Valladolid, al delantero Darío Benedetto, vendido a Boca Juniors, al portero Axel Werner, que regresa a Argentina a préstamo hasta final del campeonato al Arsenal de Sarandí, y al atacante Lucas Pérez, vendido al Cádiz.

El club ha prescindido de tres jugadores sin apenas protagonismo y con un rol casi marginal, a excepción de Lucas Pérez, uno de los refuerzos de nivel del pasado verano, traspasado a un rival directo de los ilicitanos en la lucha por la permanencia.

El delantero gallego había disputado 18 jornadas del campeonato y anotado dos tantos que habían dado a su equipo tres puntos, si bien acumulaba una racha negativa de seis meses sin marcar.

Lucas Olaza, lateral izquierdo uruguayo que procede del Valladolid, el delantero argentino Ezequiel Ponce, del Spartak de Moscú, y el centrocampista Kike Pérez, también del conjunto pucelano, son las tres altas del equipo.

Con los dos primeros se cubren las ausencias de Josema y de Darío Benedetto, mientras que la llegada de Kike García refuerza la medular pese a sacrificar un atacante más en la plantilla. Los tres fichajes llegan a la entidad en calidad de cedidos, pero con una opción de compra.

A las salidas, el Elche, que afrontaba el mercado invernal sin las necesidades ni urgencias de otros años, ha añadido la de varios de sus canteranos más prometedores, como Jony Álamo, cedido a la Cultural Leonesa.

Pese a todos los movimientos, la mejor noticia para el entorno de la entidad ilicitana es que su delantero Lucas Boyé, máximo goleador del equipo, se queda en la plantilla a pesar del supuesto interés de varios clubes que parecían dispuestos a abonar los 25 millones de su cláusula de rescisión.