ALICANTE. El Hércules de Rubén Torrecilla se desangra por detrás.
El gol encajado el pasado domingo en Cerdanyola es fiel ejemplo de la falta de actitud defensiva del equipo... y así es imposible no ya aspirar al campeonato de grupo, es que multiplica las dudas sobre las opciones de cerrar con una sonrisa la disputa de un hipotético 'play-off' de ascenso.
Con 26 tantos en contra tras 24 jornadas ligueras, los blanquiazules salen a más de un gol encajado por encuentro. De la parte alta de la tabla, solo el quinto y sexto, el Sant Andreu y el Espanyol B, respectivamente, han encajado más goles... pero solo uno más.
Ahora bien, el rendimiento defensivo del Hércules no siempre ha sido así de pobre: los blanquiazules solo encajaron un gol en las tres primeras jornadas ligueras y hasta la duodécima, hasta su sexto partido en el estadio Rico Pérez, el portero Carlos Abad no recogió el esférico del interior de su meta en un duelo como local. Además, de los ocho encuentros en los que han mantenido la portería a cero, siete lo fueron en la primera vuelta y seis se correspondían a una de las 14 primeras jornadas. Sin embargo, en los últimos ocho partidos ligueros el Hércules solo ha sido capaz de no encajar en uno: en su visita al Andratx, el último envite en el que logró la victoria.
Errores groseros
En la primera vuelta hubo errores groseros atrás en varios partidos (en aquellos en que se perdió o empató), pero en la segunda casi son omnipresentes. La 'caída' en la tabla, los números grises del equipo (solo ha sido capaz de sumar uno de los 21 puntos puestos en juego la segunda vuelta), coinciden con el desplome defensivo.
A diferencia de otros cursos en los que el tema de la portería centraba buena parte del debate sobre la necesidad de mejorar atrás, en el presente lo monopolizan sus defensas, tanto los centrales (lentos y poco afortunados cuando se trata de recuperar la posición en transiciones rápidas del rival) como los laterales, y los mediocentros con las pérdidas y errores de marcaje en acciones a balón parado. Las iras del entrenador responden muchas veces a ellos y forman parte de su lista de razones para explicar los resultados adversos.
Corto de efectivos