VALENCIA. El Levante cerrará el año 2015 tras haber conseguido escapar del descenso la pasada campaña, pero con el 'fantasma' de la pérdida de la categoría nuevamente al acecho de un equipo que acaba este año en peor situación de la que tenía cuando puso fin a 2014.

El conjunto valenciano es actualmente colista de Primera con once puntos y aunque el día 30 consiguiera derrotar al Málaga en el Ciutat de València en la última jornada del año, ya no igualaría los quince puntos que tenía en el mismo momento de la competición hace ahora un año, cuando además estaba fuera de los puestos de descenso.

El club, como pasó también en el anterior ejercicio, ha vivido un inicio de temporada convulso con el despido del técnico Lucas Alcaraz tras las nueve primeras jornadas del campeonato y la contratación de Joan Francesc Ferrer 'Rubi'.

La mejoría que ha experimentado el juego del equipo con el entrenador catalán no se ha visto reflejada en puntos y el Levante apenas ha conseguido cinco en los siete encuentros a las órdenes del nuevo entrenador.

Alcaraz fue despedido cuando el equipo ocupaba igualmente la última posición y después de que sólo sumara seis puntos en los primeros nueve encuentros, un mal balance que agotó el crédito que se había ganado tras conducir al equipo a la salvación la pasada campaña.

Aunque el Levante estaba en el cierre de 2014 algo mejor de lo que está ahora, tuvo que sufrir para poder escapar del descenso y no se aseguró matemáticamente la permanencia hasta la penúltima jornada del campeonato.

De hecho, en la jornada 31, a falta de siete encuentros por disputarse, ocupaba aún puestos de descenso y, finalmente, su colchón respecto al antepenúltimo clasificado fue únicamente de dos puntos.

En la reacción que experimentó el equipo en el tramo final, con tres victorias y otros tantos empates en las últimas diez jornadas, hubo un factor determinante: la explosión goleadora de David Barral.

Los goles del delantero gaditano fueron clave en las victorias ante el Almería, al que le marcó tres de los cuatro goles de su equipo, el Getafe y el Córdoba, así como en el empate ante el Atlético de Madrid.

Barral acabó la temporada con once tantos que, sumados a los siete de la anterior campaña, dejaron su cuenta en dieciocho y le convirtieron en el máximo goleador del equipo en Primera División.

Tras esperar durante meses una oferta del club, Barral finalmente la recibió pero no la aceptó. Aquel fue uno de los movimientos de un mercado estival en el que el Levante rompió con su tradicional austeridad.

El club valenciano, que en los últimos años apenas había pagado por incorporar jugadores, compró al delantero brasileño Deyverson por unos dos millones de euros, al defensa Ángel Trujillo por alrededor de un millón y se hizo con la cesión del colombiano Jefferson Lerma, ya con la intención de hacer efectiva una opción de compra de una cantidad muy similar.

Esa tendencia ha continuado estos meses y el club ha cerrado recientemente el fichaje más caro de su historia: el del también colombiano Mauricio Cuero, por el que ha desembolsado cerca de tres millones de euros.

En el club confían en que la aportación del delantero sea clave para poder volver a esquivar el descenso al final de la temporada y aprovechar el verano para continuar con la renovación de la plantilla y tratar de confeccionar un equipo que evite tanto sufrimiento.