VALÈNCIA. El fuerte del Ciutat vuelve a recibir la amenaza de un rival que quiere sacar la cabeza del lodo. La Ponferradina quiere conquistar a Orriols después de vivir la convulsión de un cambio de técnico -uno más en Segunda División- y ver con David Gallego una ligera mejoría que, no obstante, no se ha traducido en algo distinto a derrotas. Javi Calleja quiere frenar el ímpetu y lo peligroso de un oponente que llega con el agua el cuello. Y lo quiere hacer como viene haciendo su equipo: haciendo de su casa un bastión, un castillo inexpugnable que, en realidad, es ya el Levante de Calleja en los diez encuentros que ha dirigido el madrileño, aunque con un claro vaivén de sensaciones. 

En caso de que los granotas triunfen este jueves, día de la Inmaculada Concepción, ascenderían a once los encuentros sin derrota desde que el preparador de Alcalá de Henares aterrizase en Valencia, contando el duelo copero en Olot. Son cifras que, lejos de los bofetones ante Las Palmas y Lugo, mantienen al Levante a tiempo se seguir la estela de sus rivales por el ascenso directo. Si la pasada jornada los marcadores no ayudaron, en esta, para abrir boca, Las Palmas empató en Oviedo. Tres puntos esta tarde auparían a los blaugrana a solo un punto del conjunto insular y, si el Burgos no gana en su duelo de este mediodía frente al Eibar -otro de los punteros-, también a uno del liderato.

La jornada intersemanal, con la visita a Mendizorroza en un encuentro por todo lo alto el lunes próximo, obligará en cualquier caso a Calleja a rotar. La variedad que ha encontrado el Levante en el centro del campo permitirá a Pepelu regresar presumiblemente a la titularidad y podría haber cambios en el carril zurdo. Después de cinco titularidades consecutivas de Álex Muñoz, la rotación podría dejar una nueva cara en su posición, así como podría entrar Postigo en la zaga cuatro choques después. Las bajas, Soldado, Róber Ibáñez y Mustafi, que no volverán a jugar en partido oficial hasta 2023.