VALÈNCIA. Quique Álvarez como segundo, Jesús Unanua como uno de sus hombres de confianza y entrenador de porteros, el preparador físico José Romero y, sobre todo, el regreso de Luismi Loro, que vuelve al Levante como analista. Es el cuerpo técnico con el que aterriza Javi Calleja en el Ciutat de València con el objetivo ineludible de devolver al club a Primera División. Si bien es cierto que es un grupo sin experiencia en la Segunda División como entrenadores, sí se trata de un cuerpo técnico plagado de exfutbolistas que sí están duchos en una categoría "larga y complicada". 

Luismi Loro llegó al Levante en el veranode 2001. Empezó su carrera en el Fuenlabrada, pero pronto aterrizó en Valencia para jugar en Segunda como granota. Fue una etapa importante para él, tanto que echó raíces en la ciudad: conocidó entonces a la que hoy es su mujer -Irene Arias, hija de Ricardo Arias- y formó una familia. Loro respira fútbol en casa y en el trabajo, estuvo a las órdenes de entrenadores como Pepe Bordalás en el Elche y, en el Levante, formó parte de una plantilla plagada de míticos como Ettien, Iñaki Descarga, Ian Harte o el propio Aizpurúa, todavía en el club -fue analista en el cuerpo técnico de Mehdi Nafti-.

Además de Loro, Calleja aterriza con otros hombres de confianza. Jesús Unanua es uno de ellos. Llega como entrenador de porteros, pero es mucho más que eso para el nuevo técnico granota. Tanto es así que a su llegada al Alavés tuvo que prescindir de él en la primera etapa, pero le llamó en la segunda para que se incorporara a su disciplina... como asistente. La existencia de la figura de entrenador de porteros en el cuadro babazorro, Javi Barbero, hizo que Unanua aterrizase como ayudante técnico. Es un hombre de máxima confianza.