VALÈNCIA. El Valencia más desnortado del siglo se sigue buscando a sí mismo. En medio del drama por la derrota ante el colista, la trama de la gestión del caso Rafa Mir, los disturbios de Mestalla del pasado lunes, las retenciones en Singapur y los desencuentros en el vestuario, el conjunto de Rubén Baraja visita Getafe con el farol rojo iluminando su cogote. Ahora, el equipo que se enfrenta al colista es el de Bordalás. El valencianismo se pone esta tarde ante una nueva prueba de histeria, precisamente en una plaza que no es la más halagüeña. 

El Valencia acumula más de seis partidos sin anotar en el Coliseum Alfonso Pérez, donde perdió, con nueve jugadores en el campo, la pasada temporada. También cayó la anterior, y tampoco ganó en la inmediatamente anterior... La última victoria en Getafe data de 2018, cuando el equipo parecía estar al límite pero desconocía las orillas que estaban por llegar. Perder esta tarde haría el drama todavía más profundo, máxime cuando es el Real Madrid el próximo rival que visitará el coliseo valencianista y, probablemente, con un Balón de Oro bajo el brazo. Si Mestalla ya clama al cielo, el ambiente del sábado que viene puede alcanzar máximos si el equipo no logra algo positivo en Getafe. Ganar, sin embargo, insuflaría un oxígeno que no existe por ahora en ningún rincón del vestuario.

La enrevesada situación se aliña, además, con la baja de Pepelu. Sustituirle es el gran quebradero de cabeza de Baraja a estas horas, por más que el dianense no esté siguiente sus mismos pasos del curso pasado. Sin Pepelu, la presencia de Enzo Barrenechea parece la opción más probable, por delante de Hugo Guillamón. El mismo '6', o opciones de más vuelo en ataque como Javi Guerra o André Almeida son las alternativas que maneja el vallisoletano en un once en que la presencia o no de José Gayà es el otro gran foco.