ALICANTE. Momento comprometido donde los haya el que enfrenta el Hércules.

Después de ser solo capaz de sumar 13 de 33 puntos y encontrarse a la friolera de 8 de las posiciones de 'play-off' y 10 de la primera, la situación del equipo es límite, en puertas de una cita el próximo domingo (12 horas) con el Lleida en el estadio Rico Pérez: otro traspiés convertirá a la matemáticas en el único aliado de los blanquiazules (de cara a la consecución del objetivo del ascenso) y se llevará por delante al entrenador, a Ángel Rodríguez. 

Además, como "a perro flaco, todo son pulgas", a la profunda crisis de juego y resultados que protagoniza el Hércules se une una plaga de lesiones que mantendrá por no poco tiempo (al menos un mes en el mejor de los casos) en el dique seco a futbolistas importantes (llamados a serlo) como el extremo 'Nico' Espinosa y los delanteros Jack Harper y Ander Vitoria. 

Y como en Alicante aunque llueve poco, cuando lo hace no es precisamente al gusto de todos, una parte de la afición ha decidido retomar las movilizaciones contra Enrique Ortiz convocando una concentración antes del inicio del duelo, algo que añade tensión al mismo (que lógicamente no ha sido bien recibido en el seno del club, pero es que también por otra parte de la masa social).

Huelga decir que el técnico no se muestra ajeno a todo lo anterior. Así lo demostraba este viernes en su comparecencia de prensa previa al encuentro del domingo, en la que, eso sí, ofrecía su visión particular de las cosas.