VALÈNCIA. Un mensaje similar al que te sale cuando alguien elimina un mensaje de Whatsapp y que puede ser por un millón de motivos. También se eliminan audios, algunos de ellos con la creatividad que otorga la madrugada y su posterior miedo a la consecuencia que puede conllevar una vez salga el sol o bien se levante la persiana tras una profunda 'siesta' de varias horas. En definitiva, tienes la opción de recular, maquillar o esconder el mensaje primario.

Pues así es como me siento con los audios del VAR. Ese avance descomunal que nos han querido vender para destacar la 'pureza' del Comité Arbitral. Y después de esta fase embrionaria desde la Supercopa, tengo claro que van a durar muy poco. Una medida cobarde que es vendida como revolucionaria suele instalar el recelo de quién la percibe. Y así es como se siente un sector importante del aficionado español cuando pensó que el VAR esquivaría por -vergüenza ajena- la decisión de ignorar lo que millones de ojos están viendo tras la televisión. 

Pero como el guion ha cambiado entre poco y nada para los poderosos, el VAR solo ha acentuado el sentimiento de tomadura de pelo. Porque las excusas de "son humanos o pitan lo que ven" se vienen abajo cuando se siguen tomando decisiones inexplicables y con diferente criterio incluso con un monitor para aplicar el reglamento. Eso es así. 

Y ahora viene la innovación de los audios. Que estoy convencido que era para humanizar o victimizar en cierto grado la difícil labor que tiene un colegiado sobre un terreno de juego. Y cuando un portero se queda a media salida... es 'gamba' asegurada con efecto inmediato. Audios editados, 'surfeando' el directo por lo que pueda ocurrir e invitando al espectador a pensar que por supuesto hay algo de lo que no se puede enterar. 

Para colmo, tienes que escuchar un relato extraño. Donde un árbitro no describe una jugada para ayudar al compañero, sino que traslada una visión subjetiva y condicionada al colegiado que está en directo, sin que pueda obtener su propia visión a través del monitor. Un despropósito.

Y claro... si ya se filtran audios que te hacen ser todavía más escéptico, pues el cachondeo es de época. Si no tienes narices a abrir, sigue en el caparazón que todos hemos denunciado durante décadas con razón. 

PD: Los involucrados siempre son un par en Primera.