Diez jornadas son un buen margen para valorar el tramo inicial del Elche. Unas alturas de la competición que esta temporada se han alcanzado de forma atípica, por las dos jornadas intersemanales. El equipo ilicitano marcha en la zona media de la clasificación. En el duodécimo puesto con 13 puntos, igualado con los dos conjuntos que le preceden. A tres del 'play-off', a cinco del del descenso y a cinco del ascenso directo. Como se suele decir en jerga de Segunda, a dos partidos de ir hacia arriba y a dos partidos de meterse abajo.

Igualdad tremenda en una categoría en la que las dinámicas tienen mucha importancia. Sobre todo, cuando las luchas todavía quedan por definirse ¿Y en cuál estarán metidos los franjiverdes? Pues está por ver todavía. Todos queremos mirar hacia la parte alta de la clasificación. Y por el juego y los resultados ofrecidos, sobre todo en las jornadas más recientes, opino que hay motivos para el optimismo. Que este equipo va en camino para mejorar.

Dicen que las comparaciones son odiosas, pero a veces son imposibles de evitar. El Elche de esta temporada puede que haya mostrado un fútbol menos vistoso que el anterior, pero lleva cuatro puntos más. Y me transmite una mayor sensación de seguridad y efectividad. Se nota el mayor asentamiento en la división. Con jugadores con más experiencia en ella. Este Elche necesita hacer menos para ganar.

Hay que recordar algunos partidos del arranque del pasado curso, en los que hizo muchos méritos para vencer y se quedó sin el premio. Como los empates contra Mallorca (1-1), Real Oviedo (1-1) y Extremadura (2-2). Faltaba acierto de cara a puerta.

Y esta campaña, se han dado compromisos en los que ha ocurrido lo contrario. Por ejemplo, el Elche ha ganado en Alcorcón (1-2) y Oviedo (0-2) con dos goles en tres tiros entre palos. O le ha marcado a Lugo (1-1), Tenerife (1-1) y Ponferradina (1-0) en el primer remate a puerta.