CASTELLÓ. La cuenta atrás hacia el 30 de junio acelera. Apenas siete días para llegar a la fecha límite, la que cierra el ejercicio futbolístico 21-22. Vicente Montesinos confirmó nada más concluir el campeonato su intención de vender o buscar un compañero de viaje en la gestión del CD Castellón a partir del 1 de julio. Lo cierto es que casi un mes después no ha cristalizado ninguna de las opciones que le han llegado al todavía máximo accionista albinegro a través de Livingstone Partners, la empresa que intermedia y gestiona este proceso de traspaso accionarial.
Trascendieron hace semanas los primeros grupos interesados. Los empresarios argentinos Gustavo Ranucci y Adrián Varela, por separado, contactaron y presentaron su oferta a Montesinos. Éstas nunca acabaron de seducir al empresario castellonense. La opción Ranucci parece la de más peso de las dos. El empresario argentino pidió a Montesinos que se quedará un porcentaje accionarial, aproximadamente un 10 o un 15%. Montesinos se lo sigue pensando.
Se acerca el cierre de temporada
Prueba de ello es el paso del tiempo sin respuesta en firme a ninguno de los dos grupos. Ello no quiere decir que Montesinos, con la llegada de la fecha límite, acepte. El presidente es consciente de que el proyecto de la próxima temporada necesita de una inyección económica e incluso de nuevas ideas, toda vez que el ciclo Centurión está amortizado a todos los efectos: social, deportivo y económico.
Otra de las propuestas que ha estudiado con detenimiento Montesinos es la entrada de un fondo de inversión americano, que parece dispuesto a invertir en el club pero exige garantías y, dado que el club no tiene patrimonio, éstas recaerían en la figura del máximo accionista o, en su defecto, de Capital Albinegro, la empresa a través de la cual se controla la mayoría de títulos de la sociedad.
En esta tesitura, José Miguel Garrido sería en última instancia una alternativa. Castellón Plaza ha podido conocer que hace apenas una semana el ex máximo accionista albinegro se ofreció como compañero de viaje si a última hora no fructifica ninguna de las ofertas que tiene Montesinos encima de la mesa.
Oferta en febrero
A finales de febrero Garrido le hizo una oferta a Montesinos. En aquel momento se hacía cargo del cierre económico de la temporada, de la limpieza en algunos departamentos del club y de la elaboración del proyecto con el objetivo de ascender al fútbol profesional en un plazo de tres temporadas e invirtiendo en consecuencia para ello. Montesinos la rechazó. Entonces pensaba en vender el paquete accionarial al completo o en su mayor parte.
Garrido volvió a sentarse con Montesinos en el último tramo liguero, estando presente en el palco el día del partido ante el filial del Villarreal. Pero las posiciones de ambos siguieron firmes y, por tanto, sin posibilidad de entendimiento. El entorno más cercano de Garrido habla de reticencias del presidente... porque aceptar supondría el reconocimiento explícito de su fracaso tras haberle comprado las acciones, forzado por Pablo Hernández y Ángel Dealbert, que no respaldaron el proyecto Garrido en la primera temporada tras el ascenso a Segunda B.
Obligaría a salir a Dealbert y Pablo Hernández
Pero el tiempo apremia y ahora Garrido lanza una última tentativa si Montesinos no encuentra a nadie que le dé garantías: aceptaría ir al cincuenta por ciento con el actual presidente... luego su llegada implicaría la salida de Dealbert y Pablo Hernández del club.
Una semana para decidir tiene el presidente. Solo o acompañado y, en ése caso, ¿de quien? ¿Y en qué condiciones? Sea como sea, el CD Castellón necesita ponerse en marcha y contar con unas líneas maestras del futuro proyecto. El fútbol no espera a nadie, ni siquiera en el año del Centenario.