VALÈNCIA. El entrenador del Espanyol, Diego Martínez, reconoció tras el empate contra el Valencia en el RCDE Stadium que "en pocos partidos" de su carrera deportiva ha sentido "tanta frustración".

El partido terminó con un guion convulso: con el 2-1 a favor, el rival Marcos André fue expulsado, después el blanquiazul Braithwaite vio otra roja y, en el 96, el portero Álvaro dejó pasar un balón que acabó dentro. "Es inexplicable", resumió el preparador blanquiazul.

Preguntado directamente por el meta Álvaro, que incluso pidió disculpas a la grada tras encajar el empate a dos definitivo, el gallego antepuso siempre el colectivo: "Es una cuestión de equipo. Gana uno, ganamos todos".

En alguna de sus declaraciones, sin embargo, el responsable del banquillo blanquiazul sí se refirió a "errores anómalos" y calificó el episodio de "acción inexplicable". Sin embargo, insistió en que el Espanyol es "un equipo para todo" y se mostró convencido de que esta unidad dará sus frutos "en el futuro".

Diego Martínez no encendió las alarmas y apostó por continuar en el proceso de construcción del equipo: "Hay que perseverar e intentar hacer mejor la próxima vez. La única forma es seguir mejorando y desarrollándonos".

Pese a todo, la lección que destacó el entrenador es la que ha repetido el vestuario en varios ocasiones. "Mañana debemos levantarnos y saber que no se pueden regalar cosas en Primera División. Es complicado cuando se dan situaciones tan anómalas porque te lastran muchísimo".