VALÈNCIA. El Levante de Javi Calleja está todavía lejos de ser el equipo que el madrileño quiere construir para alcanzar el ineludible objetivo del ascenso. Siete puntos de los nueve que ha disputado el madrileño como jefe del banco de Orriols es un buen dato para trabajar desde el crecimiento en la clasificación, sin embargo el técnico se mostró claro tras el empate insulso de Granada en torno a dos de las claves en las que quiere mejorar a su conjunto: el fútbol-control evidente a su llegada y el físico que, a su juicio, le faltó al equipo en pos de estar mucho menos erráticos en las entregas en campo contrario. Fue una de las cosas de las que más pecó el Levante en Los Cármenes. 

De ahí la intención del preparador de Alcalá de Henares de colocar a Campaña desde que el sevillano ha estado sano. La manera en que han transcurrido los dos últimos choques, unido al estado del jugador, recién salido de un inesperado letargo en el sanatorio, han obligado a que el centrocampista salga del engranaje con cierta celeridad. En cualquier caso, ha quedado patente la importancia que, una vez reúna ritmo de competición en sus piernas, va a tener con el exentrenador del Villarreal al mando.