VALÈNCIA. El empresario valenciano Pepe Danvila se convirtió este martes en el máximo accionista del Levante, al aglutinar el 70 por ciento de los títulos, por lo que casi dos décadas después el club vuelve a estar dominado por una persona física, algo que no se daba desde que en 2009 se desvinculara de la entidad el expresidente y entonces propietario, Pedro Villarroel.

Danvila ya tenía el 37 por ciento de las acciones del Levante, pero el plan de reestructuración de pago de la deuda que ha presentado el club en el juzgado de lo mercantil número 1 de Valencia incluía como uno de sus puntos principales la capitalización de 13,8 millones de euros que convierten a Danvila en el máximo propietario de la entidad.

El empresario valenciano accedió al Levante como consejero delegado en septiembre de 2023 tras la marcha de la presidencia de Quico Catalán, con quien compartió consejo de administración. En este tiempo, ha invertido, entre préstamos y las dos capitalizaciones realizadas por compensación de créditos, unos 30 millones de euros, según ha comunicado él mismo recientemente.

Entre la salida de Villarroel en 2009 y hasta que la junta extraordinaria de accionistas confirmó este martes, con un 96 por ciento de los votos a favor, como máximo accionista a Danvila, el paquete mayoritario de acciones ha estado en poder de la Fundación del Levante, que ahora queda diluida con un 15% de las acciones.

La Fundación del Levante fue creada en su día por el propio Villarroel y fue éste quien le donó el 70,3 por ciento de las acciones que dominaba en febrero de 2008. Sin embargo, la crisis deportiva, económica y societaria que sufrió el club en la temporada 20007-08, en Primera División, forzó la marcha de Villarroel, que se resistió a salir durante casi un año.

Con Villarroel todavía como propietario nominal del Levante, en julio de 2008 fue solicitado el concurso del club por cuarenta acreedores. En abril de 2009, el juzgado acordó la suspensión de las facultades del consejo de administración y solo unos días después incorporó a Quico Catalán como director general.

En una maniobra orquestada a espaldas de Villarroel y tras obtener un préstamo de unos 5,5 millones de euros avalado por el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), en diciembre de 2009 la Fundación se hizo con la propiedad real del paquete accionarial que Villarroel le había cedido en su momento y este organismo retuvo las acciones durante casi dos décadas con Quico Catalán en la presidencia.

En el verano de 2015 la Fundación del Levante pudo vender sus acciones al estadounidense Robert Sarver, que luego compraría el Real Mallorca. Sin embargo, los patronos de la Fundación decidieron rechazar la oferta del americano y mantener ese modelo de gestión con una Fundación compuesta por representantes institucionales, consejeros y peñistas, entre otros.

Sin embargo, la crisis financiera que sufre el Levante, con casi 90 millones de euros de deuda, y la amenaza de instar otro concurso por parte del banco alemán OLB, al que el Levante adeuda 17 millones de euros, ha provocado que aparezca un nuevo máximo accionista, ya que la Fundación no tiene recursos propios y no ha sido capaz de inyectar capital en la entidad.

Ahora, Danvila, a través de la sociedad Bizas, se convierte en el segundo máximo del Levante desde la conversión del club en sociedad anónima deportiva en mayo de 1994. Fue en la Asamblea General Ordinaria y Extraordinaria de socios del 27 de julio de 1993, realizada bajo la presidencia de Ramón Victoria, cuando la junta directiva propuso a todos los socios la transformación del club en SAD.

El proceso se alargó hasta mayo de 1994 y Pedro Villarroel, que ya había ejercido como mecenas del Levante en la década de los ochenta, se quedó con el club. Villarroel accedió a la presidencia en 1996 y tras ceder la dirección del club a Antonio Blasco durante unos años volvió a ser presidente entre 2004 y 2006 hasta que se desvinculó oficialmente del Levante en 2009.