VALÈNCIA. El modelo de negocio que el consejero delegado y máximo accionista del Levante, Pepe Danvila, detalló en la junta general de accionistas del club valenciano el pasado mes de abril, y cuyo desarrollo está planificado para los próximos cinco años, se verá acelerado por el ascenso a Primera División, aunque el plan apuesta por un “crecimiento sostenible” independientemente de la categoría en la que esté el equipo.

Danvila, que asumió la dirección del Levante en septiembre de 2023 y desde entonces ha invertido un máximo de 31 millones de euros para sostener económicamente a la entidad por la falta de liquidez, posee el 38 por ciento de las acciones y es el tercer gran acreedor del club, pues el Levante le adeuda 15 millones de euros a su sociedad, Bizas Capital.

El consejero delegado traza ahora los primeros pasos del Levante en Primera División en materia deportiva y debe contratar de forma inminente un director deportivo que confeccione junto al entrenador Julián Calero, con contrato hasta junio de 2026, la plantilla de la temporada 25-26.

Sin embargo, Danvila ya detalló cuál sería su línea de trabajo fuera del césped hace un par de meses ante los accionistas y admitió que el ascenso a Primera “aceleraría” todos sus planes.

“Nuestro objetivo es alcanzar la solvencia del club a largo plazo. Buscamos un crecimiento sostenible y la capacidad para pagar la deuda”, comentó el directivo del Levante.

El objetivo prioritario de Danvila es cerrar la refinanciación de la deuda que el club mantiene con dos entidades financieras. Arrancó en marzo las conversaciones con EDR y OLB Bank, a los que el Levante adeuda 30 y 17 millones, respectivamente, y fuentes del club valenciano confirmaron que las mismas siguen en marcha y que todavía no se ha llegado a un acuerdo definitivo.

Danvila desveló en esa cita de abril con los accionistas que había tomado la decisión de no cobrar intereses al Levante por esos 15 millones que le tiene que devolver con el objetivo de “animar” en las negociaciones a los otros grandes acreedores de la entidad levantinista.

Con una deuda global de algo más de 100 millones de euros, el Levante ha trazado un modelo de negocio con la intención de generar nuevas fuentes de ingresos procedentes del sector inmobiliario, con los activos que posee, y del espectáculo, gracias al alquiler, por ejemplo, del Ciutat de València para celebrar conciertos o eventos de todo tipo.

El club dispone de 14.015 metros cuadrados de suelo terciario sobrante en el Ciutat de València y que podría aprovechar “cerca del estadio o en otra posible ubicación en el entorno de la ciudad de València”, según afirmó Davila, que descartó que pudiera usarse esa edificabilidad en el suelo adyacente al Ciutat de València al tratarse de suelo público.

Además, el Levante tiene pendiente el inicio de las obras de la nueva ciudad deportiva de Nazaret (València), cuyo suelo pertenece a la Autoridad Portuaria de Valencia (APV) y que ya concedió una concesión al Levante. Danvila quiere ahora modificar la licencia para desarrollar un proyecto inmobiliario y conseguir de las administraciones una “licencia parcial” para construir cuanto antes los campos de fútbol.

El objetivo del CEO levantinista es construir una ciudad deportiva, con una edificabilidad cercana a los 20.000 metros cuadrados, con usos deportivos, educativos y hoteleros y que se convierta en “una fuente de ingresos y no en una fuente de gastos”.

Según el estudio aportado por Danvila ante los accionistas, el club podría construir bloques residenciales de uso hotelero con una capacidad de entre 350 y 400 habitaciones. Esta línea de negocio es “clave” para aprovechar los 30,5 millones de euros disponibles del fondo CVC y que únicamente puede destinarse para infraestructuras.

El Levante también creó recientemente la sociedad ‘Linkshow’ para generar nuevos canales de ingresos alejados del fútbol a través de la gestión directa de espectáculos que podrían celebrarse en el estadio Ciutat de València. El contrato actual, por el que el Levante recibe 300.000 euros al año por alquilar el estadio, caduca al final del verano de 2025.