VALÈNCIA. "Este punto hay que hacerlo bueno el martes", decía Javi Calleja tras arrancar un empate del Martínez Valero, donde el Elche había merecido sumar de tres. El martes ha llegado y esta tarde el Villarreal B pondrá a prueba una frase manida pero que no deja de ser cierta para el Levante: en casa es donde las tablas a domicilio se convierten en resultados más o menos aprovechables de cara al objetivo abstracto del ascenso. Mientras, los groguets tendrán un deber similar después de cosechar tres empates en las últimas cuatro jornadas y tras las sensaciones del sábado en La Cerámica, donde los de Miguel Álvarez escribieron otra 'X' frente al Alcorcón. Arañar algo tangible en el Ciutat no es tarea sencilla para el Submarino, pero de hacerlo, automáticamente se borraría el efecto contradictorio de la última cita.
Es ese el dibujo con el que ambos conjuntos aterrizan en el verde de Orriols. Y también con el recuerdo de la goleada de la pasada temporada en la retina, cuando Mehdi Nafti respiró tras un buen partido que no hizo más que difuminar una marcha dubitativa en el inicio del campeonato. Pero este Levante es otro muy distinto. Con otros líderes y, con casi total probabilidad, un sistema retocado respecto al de Elche. Se prevé que, hoy sí, Calleja deshaga el esquema ofensivo de cuatro hombres en ataque y nutra algo más el centro del campo.
Las rotaciones están avisadas y hoy tendrán minutos algunas piezas que hasta el momento no han llenado su saco de ratos relevantes este curso. Algobia, que mejoró al equipo el sábado, apunta a la titularidad. Kocho es la otra posibilidad si es que el técnico se atreve a sentar a Oriol Rey. En punta, habrá de inventar algo más si es que quiere dar relevo a Bouldini: esperan Dela, Fabricio, Clemente o Carlos Álvarez, mientras Romero, Rober Ibáñez y Andrés García siguen en el dique seco, aunque los dos primeros podrían viajar a Albacete en una semana de poquísimo descanso para el elenco granota.