VALÈNCIA. No deja de ser curioso: el duelo ante el Racing de Santander podría ser la guillotina definitiva para Mehdi Nafti en el Levante. Después de dos derrotas en los últimos tres partidos, un punto de los últimos nueve y una décimosegunda plaza inadmisible para el objetivo sine qua non del ascenso que impera en el club esta temporada, el puesto del franco-tunecino está más en tela de juicio que nunca. Si, como ya transmitió en sala de prensa, se siente cuestionado desde el día de su fichaje, la realidad es que ahora sí tiene los focos sobre su cogote. De momento nadie en Orriols puede asegurar que una derrota el próximo domingo fuera a suponer la estocada definitiva para hacer efectivo su cese, pero el ambiente en el Ciutat puede ser irrespirable al final de un choque con un nuevo tropiezo del cuadro granota.
Ya en Andorra se escucharon tímidos cánticos contra la figura del entrenador. Leves 'Nafti, vete ya', incluso algunas quejas dirigidas al presidente, Quico Catalán, se oyeron en la grada visitante del Estadi Nacional. De la situación no es ajeno, además, un Felipe Miñambres que, si bien apostó por el extécnico del Leganés tras prescindir de Alessio Lisci como capitán de la nave, ahora se subea un escenario adverso entorno a su trabajo por primera vez desde que aterrizó en el Levante. Si bien la decisión de cambiar de inquilino en el banco fue una mera formalidad para el astorgano tras consumar el descenso, hoy es él quien también se incluye en el foco: suya será la espada que corte la cabeza de Nafti o mantenga al entrenador si no hay respiro frente al Racing