VALENCIA. El Valencia perdió ante el Atlético de Madrid en Mestalla por uno a tres en un choque en el que el equipo rojiblanco castigó los errores individuales del equipo entrenado por Neville.
Los colaboradores de Plaza Deportiva dan su visión del encuentro.
JOSÉ MARÍA PERIS
Este equipo duele. Duele por la intención y por la posterior nula capacidad de ejecutar esa intención. Y no hablo de conceptos tácticos, como los desdoblamientos en banda, por poner un ejemplo. Hablo de simplemente dársela al que está más cerca con tu misma camiseta. Hablo de correr con criterio y no ser inconsciente con las decisiones. Y, sinceramente, no se si es cosa de la plantilla que se encuentra instalada en su zona de confort, sin presiones desde el banco ni desde los despachos, o que este es el nivel real de la plantilla y lo vivido la temporada pasada fue una excepción que se diluía al final, donde casi se muere ahogado en la orilla. El equipo parece maldito por algún hechizo que convierte a los buenos, como Fuego y Gomes, en patanes. O bipolaridad deportiva, de la que solo se salva Alcácer. Y se mantiene hasta que las piernas de Enzo y Cheryshev los mantienen a ellos. Después, la oscuridad, que en el fútbol es la zona media de la tabla, sin aspiración por arriba y sin peligro por abajo. Ese va a ser el futuro, por desgracia. Nos queda el canto del cisne de la Europa League que será tan larga como la plantilla quiera. Y dos consideraciones finales: Alves y el cambius interruptus de Negredo. A lo primero, nada que decir porque viene de una lesión y necesita volver a sentir todas las sensaciones que manejaba antes de romperse la rodilla. Y a lo otro, pues que habrá que ver por quien vino el malentendido porque no quiero pensar que haya sido una cosa provocada por Álvaro, porque sería muy feo por su parte postularse a salir sin tener el cuerpo técnico claro el cambio.
VICENTE BAU
LO DE TORRES
Hasta el segundo gol del Atleti daba la impresión de que podía pasar de todo. Pero pasó lo peor para el Valencia. Dejar solo a Torres para que remate plácidamente el segundo gol es un error descomunal. Uno de esos errores que acaban definiendo un partido. Hasta ese instante vimos un Valencia más o menos estable en busca de la victoria. Después de ese tanto no. Después de ese gol de Torres el Valencia perdió el juicio de manera inequívoca y se notó claramente la diferencia que ambas escuadras llevan en la Liga. Un equipo indolente contra un equipo cuajado. Y se notó. El final del partido fue un esperpento para el Valencia. Expulsión, entrada de Negredo a petición popular, un tercer gol que entró justo por el sitio de Alves y punto y final. Con todo me quedo con las molestias que padece un tipo como Cheryshev... posiblemente uno de los jugadores más interesantes que han llegado en los últimos tiempos. Fue irse al banquillo con molestias y aparecer el disparate. Todo un síntoma.
VICENT MOLINS
Por partes y en breve. 1) El Valencia con Enzo Pérez presenta batalla; es una lástima que sea un jugador de 45 minutos. 2) A pesar de caer sobre la lona el equipo tiene capacidad para levantarse (reacción tras el 0-1). 3) Chery es una muy buena incorporación. 4) La diferencia en el partido no fue de aptitud, solo la distancia entre un equipo muy ensamblado (fruto de un proyecto maduro) y otro improvisado. 5) A balón parado el Valencia es desastroso. 6) Que Gary Neville entrene a este club es un esperpento mayúsculo.
DESMEMORIATS
Es tan mágico que el entrenador de un club dirigido a golpe de capricho y decisiones impulsivas rehaga un cambio a petición de una grada ciclotímica... Esta noche cerramos el círculo. Por lo demás, pues qué decir, nada que no se esperara. Hoy ha sido una lección constante de lo que es un equipo y lo que no. Este partido es para estar viéndolo y analizándolo por frames. Sólo fijándose en cómo robaba el Atlético y cómo lo hacía el Valencia basta para entender las diferencias en la clasificación. A nivel colectivo el grupo del Cholo es todo lo que no será nunca el de Garyestarán. Al contrario, a nivel individual, el Valencia tiene mejores chances, de eso está sobreviviendo, y eso le permitió obrar el espejismo de la primera mitad. No es capaz este Valencia, todavía, (si lo es alguna vez antes de acabar la temporada, podrá dar la campanada en Europa) de ganar a nadie que esté mejor trabajado, a todos los niveles. Por eso sabemos ya que lo que quede de curso, si no hay cambios, se reduce a una montaña rusa. Ante el endurecimiento del calendario en el tramo final más vale enfrentarse a él matemáticamente sin posibilidades de tragedia.
