VALÈNCIA. El Levante volvió a padecer en defensa en el partido copero de Pucela cuando precisamente el marcador más atada dejaba la eliminatoria para los granota. No es nuevo. A los de Paco López les cuesta dejar la portería a cero -solo dos este curso, ante el Getafe en el Ciutat y frente al Racing Murcia en Lorca- y también se enfrentan a la realidad de los goles 'tempraneros' en contra. Un total de siete dianas encajadas en los veinte primeros minutos de partido, que se han logrado paliar en la mayoría de casos, como el del pasado martes en Copa del Rey.
Desde el último parón por fechas navideñas, el Levante sale a desconexión defesiva con alto coste casi por encuentro. Desde la fragilidad frente al Betis, con un tanto más a balón parado y con diez minutos finales de zozobra, hasta el tembleque de cinco minutos que sirvió al Valladolid para dar la vuelta a la tortilla el pasado viernes, pasando por el error en la marca de Radoja en Cádiz -otra fatídica acción ABP-, o el desconcierto en la salida de balón contra el Eibar.