ALICANTE. Con una sonrisa de oreja a oreja, escondida tras su mascarilla, se fueron a casa el millar de aficionados que asistió el Hércules-Atzeneta.
No veían ganar a su equipo en el Rico Pérez desde hacía 371 días, el lapso de tiempo transcurrido desde el triunfo contra el Ebro de la novena jornada del curso 2019/20 (encuentro en el que el árbitro fue también Luis Fernando Collado López).
Un año y seis días marcados por las derrotas y la pandemia de Covid-19 parecieron quedar atrás de un plumazo con el tanto de Manu Garrido en el añadido. La acción, con el meta del Atzeneta como coprotagonista, hizo salir del área técnica al propio David Cubillo que se fundió en un abrazo con el delantero madrileño y el resto de jugadores.
Nueva normalidad que en nada puede ser antigua