VALÈNCIA. El Valencia CF de Carlos Corberán tiene muchas carencias. Una de ellas, es la preocupante fragilidad defensiva que lo sitúa incluso por debajo de los números del equipo de Rubén Baraja el curso pasado.
En once jornadas disputadas, los de Mestalla han encajado 20 goles, tres más que los 17 que había recibido el Valencia de Baraja a estas alturas. Una cifra que refleja una evidente sangría atrás y que compromete los resultados de un equipo que no consigue hacerse sólido.
Un equipo sin solidez
Si bien es cierto que el conjunto de Corberán suma dos puntos más que el de Baraja en este mismo tramo, la diferencia podría durar poco. Si el Valencia no consigue ganar al Real Betis, el equipo del pasado curso acabaría con más puntos tras doce jornadas. Los números hablan por sí solos: el actual Valencia solo ha mantenido la portería a cero en tres partidos: 3-0 ante el Getafe, 2-0 frente al Athletic y 0-0 en Vitoria contra el Alavés.
En el resto, los problemas defensivos han sido habituales. El equipo ha sufrido goleadas, como el 6-0 encajado ante el Barcelona o el reciente 4-0 en el Santiago Bernabéu, y en cuatro encuentros más ha recibido dos tantos o más, lo que hace muy difícil competir. De hecho, en ese contexto solo ha logrado puntuar una vez, en el 2-2 frente al Espanyol; en los demás casos, ha caído derrotado.
Peores registros que hace un año
El conjunto dirigido por Baraja también había dejado su portería a cero en tres ocasiones, pero no había encajado goleadas tan abultadas. Sus derrotas más amplias fueron los 3-0 sufridos en el Metropolitano y en Anoeta, lo que explica esa diferencia de tres goles encajados respecto al equipo actual. Además, su diferencia de goles era de -9, ligeramente mejor que el -10 que presenta ahora el Valencia de Corberán.
Los datos no mienten: con 20 goles en contra, el Valencia CF es el segundo equipo más goleado de LaLiga, empatado con el Levante y solo superado por el Girona, que ha recibido 24. Un dato que refleja a la perfección la debilidad de un equipo que no consigue encontrar equilibrio ni fiabilidad en defensa.
