VALÈNCIA.  El estadio de Mestalla, que este jueves acogió los cuartos de final de la Copa del Rey entre el Valencia y el Barcelona, pasó de registrar la mejor entrada de la temporada a llenarse de sillas vacías tras un descanso al que se llegó con 0-4 y con muchas críticas desde la grada.

En este cruce a partido único, 46.806 espectadores acudieron a Mestalla, lo que supuso la mejor entrada de la temporada en un estadio que recibió a su equipo con un inmejorable ambiente.

La asistencia superó en doscientos espectadores los 46.610 que acudieron en la primera jornada de LaLiga a ver también un encuentro contra el Barcelona y que eran hasta ahora el mejor registro del curso.

El primer gol de Ferran cuando apenas habían transcurrido un par de minutos silenció los cánticos de apoyo a los locales por parte de una afición que vio cómo en veinte minutos llegaron otros dos tantos del Barça. Con 0-3 en el marcador arreciaron las críticas contra el máximo accionista, Peter Lim, contra la directiva y también contra los jugadores.

En ese momento decenas de aficionados abandonaron ya el estadio, un flujo que se multiplicó cuando el choque llegó al descanso con 0-4 y tras una fuerte pitada a los jugadores. Ese movimiento provocó que cuando se reanudó la segunda parte hubieran centenares de sillas vacías en el recinto, justo cuando por megafonía se anunciaba la asistencia de casi cuarenta y siete mil espectadores.

Con el encuentro en marcha, algunas decenas de aficionados se concentraron en la avenida de Suecia, cerca de la entrada principal del estadio, y continuaron sus cánticos. El quinto tanto barcelonista agudizó la marcha de seguidores cuando aún quedaba media hora para el final y la imagen de Mestalla fue cada vez más desangelada.