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opinión

Puestos a pedir

25/12/2018 - 

VALÈNCIA. No sé si hemos perdido la flor o si, por el contrario, la estamos recuperando. Tampoco sé si lo del domingo, ante el Huesca, es para alegrarme o para preocuparme. No sé: lo digo en serio; pero, por si acaso y aprovechando la magia de estas fechas, quiero ponerme a pedir unas cuantas cosas, a ver si me ayuda a salir de esa indeterminación que ahora tengo… por si así me aclaro, y puesto a pedir…

Me gustaría que el técnico tuviera algún que otro recurso más para contrarrestar los movimientos tácticos de los rivales, y sin que por ello creyera que está traicionando a sus principios, a su modelo o a su filosofía futbolística. Además, no estaría mal que se sintiese respaldado por la afición, pero que ese respaldo no se comprendiera como complacencia, sino como confianza y responsabilidad: sé que piensa así, pero no está mal tampoco recordárselo. Dentro de mis ruegos, de paso, pondría en la cesta que la condición física de la plantilla mejorase ostensiblemente, y que para ello el cuerpo técnico valorara, en conjunto, la situación y los errores de la planificación de la temporada. Básicamente para que no vuelva a ocurrir en futuras temporadas. No estaría mal que dejara el técnico de fichar, que no le sale bien y que haga un máster en motivación, que me da a mí que se le acaban los argumentos de un año para otro.

Me gustaría que la plantilla se liberase de sus demonios: la afición (querido Garay y cía) es la única que rinde y está donde debe rendir y estar. No puede decir lo mismo la plantilla: no seré yo quien aplauda el insulto de nadie, pues el jugador merece todos los respetos, pero es inaceptable que los jugadores puedan pensar algo semejante a lo que se escuchó en televisión, por muchas disculpas que se pidan. La vida (no ya el fútbol) demuestra con todo tipo de lujo que el futbolista, socialmente, vive en una gran mentira, aislado de la realidad y abstraído de su fugaz y transitorio éxito. No lo olvidéis nunca: sin la afición el futbolista no es nadie y, sin embargo, a veces se sienten superiores a los demás. Eso también es mentalidad ganadora. No digo que no sea un buen grupo: me parecen unos tipos estupendos, pero la humildad es indispensable dentro y fuera del campo. Comencemos por hacernos grandes ahí, en los pequeños detalles. También estaría bien que el equipo se quitase los grilletes de los tobillos, pues si a estas alturas y con lo mal que lo han hecho, siguen vivos en liga para luchar por la Champions, es que, a pesar de todo, el destino quiere darle al Valencia otra oportunidad. Con esa fuerza deberían salir a jugar. Pido que Cheryshev se serene un poco con el balón en los pies, que Wass recupere el tono con el balón y centre una buena, que Piccini mejore sus prestaciones defensivas, que Garay se haga de acero, que Paulista no se rompa más, que Parejo sea un líder de verdad (¡hagamos todos un esfuerzo pidiendo esto, por favor!), que Rodrigo haga una regresión e intente recuperar la serenidad de antes del verano porque debemos venderlo a buen precio, que Santi Mina lo intente, pero que sigan viniendo a por él por cuarenta millones, que Guedes sea Guedes de una vez, que Kondogbia tenga la cabeza en su equipo y no en su selección, que Coquelin siga siendo indispensable, que Neto no tenga que salvarnos tantas veces, pero, por si acaso, que lo siga haciendo, que Jaume siga siendo el gran capitán en la sombra, que Gayá no tenga que llorar porque su valencianismo se rompe, que Carlos Soler no desespere por la situación, que Batshuayi tenga buen viaje, que Gameiro le acompañe por si se pierde por el camino, que Diakhaby borre su cara de niño y tenga sus cositas de tierno juvenil, que Vezo siga igual de regular, pero aumentando algo más la nota general que saca por partido, que Lato no se aburra comiendo pipas en el banquillo, etc. Pediré por todos, porque es la mejor manera de hacerlo por aquello que muchos queremos: nuestro equipo.

A la directiva le pediría no perder el Norte también, porque el Sur y el Este ya lo hemos perdido, y solo nos queda apelar a la razón y al equilibrio en todos los aspectos. Les ruego que se dejen ya de polémicas con determinados grupos de aficionados: eso no significa ignorar, sino buscar la concordia, porque todos quieren lo mismo. Que no se acuerden tampoco de la afición cuando la cosa vayan mal: el Centenario es de todos y todas que han estado segundo a segundo con su equipo. No lo convirtamos en una campaña de marketing, de especulación: que nos dejen disfrutar este año sin que se vean dañados los bolsillos. Piensen, busquen iniciativas, acerquen a la gente ese sentimiento tan intenso que es el valencianismo. Acérquense a la gente de aquí o de allá: hay que fomentar afición entre los más jóvenes, por eso no comprendo la burbuja del club, su aislamiento y la zanja que separa a futbolistas de aficionados: son vallas invisibles que no dejan hacer crecer el amor a este club.

Pediría muchas más cosas, pero con arreglar estas me basta: mi hijo me ha pedido que diga las cosas que siento y eso hago. También me ha pedido una razón de por qué el Valencia CF está como está y le he prometido hacer todo lo posible por cambiar algunas cosas: poco puedo hacer, la verdad, pero sí está en mi mano apoyar, animar, ser crítico y pedir por cosas que no sean imposibles, aunque la magia de estos días también pueda ayudar si llega el caso: todo sea por la ilusión.

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