VALÈNCIA. ¿Por qué Miñambres y Sanz se sentarán en Anduva? ¿Por qué tal vez también ante el Leganés, en Orriols? ¿Por qué el director deportivo del Llevant necesita más tiempo? ¿Es que no ha tenido todo el del mundo para saber qué entrenador debe contratar? El equipo necesita una reacción inmediata, una reacción ilusionante que reenganche a una grada que está al límite. Nadie quiere perder ni un minuto. Mucho menos dos partidos, seis puntos, cuando la negligencia de traer a Nafti y mantenerlo en el cargo mucho más allá de lo que era prudente nos ha dejado a 8 puntos del líder y, ¡ojo!, a dos del descenso.
Miñambres no tiene reprís. Fue lento con la elección de Nafti y más aún con la confección de la plantilla. El curso pasado llegó con todo el tiempo del mundo, tras la destitución de Pereira, para trabajar en dos escenarios posibles. Sólo tenía que hacer eso. Sin embargo, tras meses y meses, al final casi todo se resolvió sobre la campana. Así, el Llevant tiene una plantilla buena pero descompensada y con gravísimas carencias. Nada que ver con el extraordinario trabajo firmado por Tito para ascender en 2017, por cierto.
Cuesta comprender por qué no se anuncia el nuevo entrenador en 24 horas, cuando se supone que todo el trabajo de campo está hecho. ¿Le pilla por sorpresa a Felipe la destitución de Nafti? Cualquiera ha visto que este equipo no funcionó ni durante la pretemporada ni en lo que llevamos de Liga, más allá de resultados. Por tanto, para el que más sabe de fútbol en este club, ¿no era una variable plausible el cambio de míster?
Miñambres cometió el error flagrante –grotesco– de firmar a un entrenador que no tenía curriculum para el reto del ascenso. Y, de retruc, otro casi peor: dejar ir a Lisci, que enderezó un vestuario roto y lleno de egos para firmar números de salvación holgada: 28 puntos en 23 partidos, frente a los 7 conseguidos en los anteriores 15 partidos. El Ciutat, no olvida el trabajo del romano, lo valora y lo reivindicó en la grada, ante el Racing. ¿Reconocerá Miñambres los dos errores y, además de destituir al fin a Natfi, recuperará a Lisci? Creo que no va a suceder.
Si Quico no estuviese desbordado por la situación hace tiempo, leería la cartilla a Miñambres y apostaría por la vuelta del canterano. Como apuesta futbolística y también emocional (empresarial), en el momento más bajo del club desde el descenso de 2016 y el suyo propio desde que está al frente de la nave granota. Lisci es bueno, es barato, conoce el club, tiene carisma y conecta con la hinchada, habla su lenguaje. Todo son ventajas obvias. Pero se impone que Miñambres no quede (más) en evidencia de lo que ya lo ha hecho. El presidente no debiera consentir que algo así sucediera. El Llevant debería estar, como entidad, por encima de cualquier ego. Pero no. Y así nos va.