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El deportista del Proyecto FER afronta nuevos retos después de que el año pasado se proclamase campeón del Mundo absoluto en la clase 420
VALÈNCIA. Quique Luján (14/09/1999 Gandía, Valencia) es mucho más que un pez en el agua cuando está en una regata. El deportista del Proyecto FER ya ha demostrado que pocas cosas se le resisten mientras está navegando. El año pasado consiguió el oro en el Mundial absoluto en 420 de vela. Este año ha dado un salto, cambiando de clase y de retos, y se enfrenta este verano al Europeo y al Mundial juvenil. El objetivo: llegar lo más lejos posible.
No fue para nada un mal 2017 para el joven gandiense: “El año pasado fue muy bueno ya que conseguimos el oro en el Mundial absoluto en 420”. Sin duda, una proeza que se ha convertido en su mayor éxito hasta el momento y del que más se siente orgulloso: “He cumplido uno de mis sueños desde hace muchos años, ser campeón del Mundo. También por seguir estudiando y teniendo ganas de cada vez más”, admite Quique.
El regatista ha confesado que no es fácil mantener su vida deportiva y estudiantil al mismo tiempo, por las particularidades que presenta la vela. “Es bastante difícil ya que a diferencia de otros deportes necesitas la luz del sol. Faltas mucho a clase y tienes que buscar el máximo de horas posibles para estudiar. Requiere sacrificar otras cosas”. Y la carrera universitaria que está cursando Quique no es para nada nimia y es que estudia el grado en Ingeniería Mecánica.
Un sacrificio para dar lo mejor de él, que acompaña a muchas dificultades del deporte que practica, durante varios meses al año: “Lo más duro yo creo que son los inviernos por el frío. Tienes que estar fuerte tanto físicamente como mentalmente para poder aguantar, como cualquier deporte a alto nivel”.
Ahora con vacaciones por delante, Quique tiene todo el tiempo del mundo para su puesta a punto para sus retos del verano. El deportista del Proyecto FER explica que “este año cambio de clase y como objetivos tenemos el Europeo y el Mundial juvenil” de 49er “donde intentaremos sacar el mejor resultado”.
El valenciano cuenta cómo sus primeros pasos fueron de la mano de su hermano Pablo Luján, solo un año menor que él, pero que ahora sus caminos se han separado. “Todo empezó por mi familia. Y los tres hermanos comenzamos a navegar hasta engancharnos. Yo creo que me gustó tanto por el mar, te da mucha libertad”, admite Quique. El hecho de compartir la vela a alto nivel con Pablo asegura que es “un orgullo muy grande ya que es tu hermano y vives muchos momentos emocionantes. Sobretodo para mis padres”. “Siempre hemos ido juntos, lo hemos aprendido todo a la vez. Pero ahora navego con otro compañero, Antonio Torrado”, explica el gandiense.
Con la máxima aspiración de “llegar a unos Juegos Olímpicos con oportunidad de medalla” y “navegar al máximo nivel de la vela”, Quique continuará poniendo el nombre de la Comunidad Valencia en aguas de todo el mundo gracias a la ayuda del Proyecto FER. “Lo ha sido prácticamente todo ya que nos aportan muchas cosas tanto económicas como cultura de lo que es el deporte. Pienso que sin ellos no sería ni parecido, es un pilar fundamental. Me siento afortunado de formar parte de esta gran familia”, concluye el deportista.