CRANS-MONTANA (SUIZA). El nombre del brasileño Rafinha está apareciendo este verano casi en primera línea de la actualidad valencianista. Lo bien cierto es que casi desde comienzos del mes de junio se viene hablando del futbolista del Barça y de las opciones de que abandone el club azulgrana para fichar por el conjunto valencianista.
La semana pasada contamos que el jugador hubiera preferido que todo se acelerara y no subirse en un avión con dirección a Tokyo para comenzar una pretemporada sin sentido. El futbolista quiere irse al Valencia CF, Valverde no cuenta con él y el Barça sabe que es uno de los futbolistas con los que va a hacer caja.
Sin embargo, dejar a Rafinha en tierra no hubiera hecho sino fortificar la posición negociadora del Valencia CF, quien proclama a los cuatro vientos que está muy tranquilo en lo que a situaciones de mercado se refiere. Es más, bajo el patrón de continuar dilatando los tiempos (saben en Mestalla que esta es una estrategia que les conviene) en el club se afirma sin prisa alguna que el club va a seguir valorando si el jugador tiene cabida.
Sin embargo esta afirmación queda minimizada cuando fuentes oficiales que la valoración no tiene nada que ver con posibles dudas surgidas sobre el estado físico del futbolista dado su currículum de lesiones graves en los últimos años. Dicho de otro modo, no se duda en absoluto del estado físico de Rafinha.
Por si todo esto fuera poco, dentro de la estrategia de frialdad mostrada por el Valencia CF (tampoco pasa nada si nos quedamos con la plantilla tal y como está) el club también deja caer que es un refuerzo que encaja en el perfil de los ajustes que pudieran mejorar al grupo.
Por tanto, el Valencia CF sabe de la voluntad del futbolista, de la necesidad culé de vender y se va a mostrar impasible dejando que caigan las fechas hasta comprobar cual es el tope del desgaste que puede encajar la directiva de Bartomeu.
Todo parece indicar que Rafinha acabará siendo futbolista del Valencia CF, pero no esperen una resolución rápida del caso. Hoy por hoy el tiempo es un excelente aliado de Mateu Alemany y los suyos.