CRANS-MONTANA (SUIZA). La penúltima sesión de trabajo en Crans-Motana (mañana a las 10 am será la última en tierras helvéticas) dejó un ensayo para el amistoso del martes (18´45 horas) ante el Sión suizo.
Al caer la tarde y cuando la temperatura bajó lo suficiente para no notar los rigores de las temperaturas veraniegas, Marcelino García Toral dio paso a una sesión de trabajo en la que se dejaron ver ciertos detalles bajo la premisa de un ejercicio para continuar la puesta a punto del grupo.
Antes de comenzar la sesión Marcelino charló brevemente con sus futbolistas a quienes reunió en el centro del campo para ofrecer unas breves instrucciones del ejercicio que iban a afrontar.
Previamente, los jugadores de campo hicieron los clásicos estiramientos y rondos, mientras que los guardametas calentaban en otra zona del campo de entrenamiento du Christ Roi en Lens.
El ejercicio consistió en un campo al cual se le redujeron las dimensiones y al que se le añadieron diferentes cuadrantes marcados con cinta para condicionar el juego del equipo que tuvieran la pelota (número de toques u obligación de entrar por los carriles centrales o prohibirlos para utilizar los exteriores).
Se trataba de que un equipo trabajara el ataque y la presión y el otro supiera jugar con la amenaza del rival saliendo muy arriba a cortar el inicio del juego. Para estos últimos (los que tenían que sacar la pelota desde atrás), Marcelino no dejó de pedir pausa y paciencia en cada pelota que debían jugar.
Pero si algún detalle curioso dejó la sesión en Lens es que el preparador asturiano dispuso para este ejercicio a dos equipos, y uno de ellos puede apuntar a la titularidad mañana. De un lado formaron Cillessen; Wass (Pascual Alba), Garay, Javi Jiménez, Gayà; Kang In Lee, Coquelin, Kondogbia, Guedes; Maxi Gómez y Gameiro. Enfrente Comenzaron Jaume; Pascual, Gabriel, Diakhaby, Salva Ruiz; Jason, Koba (Medrán), Parejo, Cheyshev; Rodrigo y Ruben Sobrino (Manu Vallejo).
Sobre estos dos equipos base se fueron permutando las diferentes sustituciones para que todos tomaran parte sin que la sesión perdiera intensidad. La sesión transcurrió sin incidente alguno con respecto a la integridad de los futbolistas.
Para finalizar la sesión, Marcelino trazó un partido en un campo más reducido con dos porterías a una distancia de 25 metros entre ellas.