Vivimos tiempos de paja y engaño en nuestro Valencia CF. En los que las mentiras y los abusos del máximo accionista son pronto olvidados con la promesa de una vieja gloria que viene a por la dulce retirada. En los que tropezar, una y otra vez, con la misma piedra parece una exigencia para ser buen valencianista. Tiempos en los que sembrar la duda sobre la palpable realidad es suficiente para crear universos paralelos, en los que la verdad ya no importa tanto como la creencia o la capacidad de ilusionarse con tu equipo, campo fértil para telepredicadores y personajes de moral dudosa. Vivimos tiempos en los que al expoliador y al expoliado los sitúan en el mismo plano, invocando la falacia de la equidistancia.
Son tiempos en los que la afición valencianista ha de elegir entre la intrascendencia e indolencia o el paso al frente y el ejercicio de responsabilidad. Presido Libertad VCF, asociación en la que se agrupan muchos de los valencianistas que hicieron suya la frase "el Valencia CF. será lo que los valencianos quieran". Somos ya más de mil quinientos asociados, pero la soledad en la que nos encontramos a este lado de la trinchera es llamativa. Lo son, en menor medida, los desenfrenados ataques que recibimos, pues sabemos que llegan promovidos por la red clientelar que Peter Lim ha establecido en Valencia a golpe de dádivas y ayudado por la falta de escrúpulos de los que mercadearían incluso con su estirpe.
Pero la soledad es dura. Entiéndase por ella también el triste silencio. Propongo a los lectores un ejercicio de análisis. ¿Cuántas columnas de opinión han leído ustedes en los medios en las que se nombre explícitamente y sin tapujos a Libertad VCF?
Nos encontramos en una extraña soledad en la lucha por un futuro digno. Sin duda, con honrosas excepciones y sinceros amigos encontrados en el camino, pero una soledad llamativa.
Parece que a las sociedades conformistas, displicentes y de “sofá y mando a distancia” que estamos construyendo les produce cierto rechazo descubrir que hay personas reivindicativas, que llaman a la acción, luchan por lo que creen justo, piden respeto por la historia y anhelan recuperar el Valencia CF para los valencianistas.
Sirvan estas líneas de llamamiento a la afición. Llega el tiempo de los valientes. Llega el momento de dar un paso adelante como afición. Sabemos el club que tenemos y, probablemente, incluso coincidamos bastante en los motivos que lo han llevado a la situación en que se encuentra. Ningún valencianista con raciocinio puede sentirse cómodo viendo cómo han convertido nuestro club en una pieza más del entramado de Jorge Mendes para su baile remunerado de futbolistas. Cómo han devaluado, deportivamente, el club: luchando en mitad de la tabla, sin competiciones europeas, sin ambiciones de metal. Cómo han expoliado sus bienes patrimoniales, sustituyéndolos por cesiones de jugadores de equipos otrora rivales en la lucha por las posiciones de honor en las competiciones disputadas. Estoy seguro de que a nadie agrada escuchar al máximo accionista del club, Peter Lim, alardear de sentarse en la misma mesa que mafiosos. Estoy seguro de que a nadie agrada la prepotencia de Layhoon, de nuevo deshonrosa presidenta del club, manifestando que a los valencianos hay que repetirles las cosas varias veces, en una clara xenofobia pasada por alto.
Sabemos en qué han convertido nuestro club, pero ahora debemos preguntarnos: ¿Qué afición queremos ser? ¿Una afición apática y que observe la descomposición de su club con desidia o una fuerte y con la autoestima suficiente para crear un reducto de valencianismo que garantice nuestra supervivencia? ¿Una afición que excuse las mentiras, las faltas de educación y la trasgresión de los valores y la historia del club a cambio de un delantero charrúa con un currículo digno del Valencia C.F.? ¿O una afición que dignifique el valencianismo, sus valores y su historia y luche por un futuro digno para nuestro club?
¿Una sociedad que luche por una de sus más representativas señas de identidad o una que pierda, a manos de la negligencia y la falta de valor, una más de nuestras enseñas como pueblo?
Yo lo tengo claro.
Es tiempo de valientes.
José Antonio Pérez es presidente de la Asociación Libertad VCF